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El Éxito de la Nostalgia

Durante 2023 hubo varios estrenos cinematográficos taquilleros. Pero a mediados de este año que finaliza hubo en especial 2 películas que llamaron especialmente la atención y en cuanto a cifras también dieron muchísimo que hablar.

La primera, estrenada desde el 5 de abril fue “Super Mario Bros.: La Película”, la cual obviamente versaba sobre quizás el personaje más importante en la historia de los videojuegos y su universo. Con un argumento sencillo, aunque cambiando roles, si tomamos en cuenta cual es el desarrollo del juego, nos llevó a ese mundo en el que se pasaron horas de infancia descubriendo cada uno de sus rincones con bastante rigurosidad de los detalles.

La siguiente se estrenó desde el 14 de julio y es la película “Barbie”. Basada en la muñeca de su nombre, juguete que es uno de los más populares e icónicos en las últimas décadas. En esta producción los esfuerzos por recrear el mundo ideal que forma parte de los accesorios con los que se puede jugar con dicha muñeca, varias de sus otras presentaciones y… Ken. A diferencia de Mario Bros., que es una película da animación, en Barbie se prefirió utilizar actores reales y la elegida para recrear su ideal de perfección física fue Margot Robbie, mientras que Ken lo personificó Ryan Gosling.

 peach bike

 

Como en todos los juegos de la serie “Super Mario”, el objetivo está en derrotar a un poderoso enemigo, Bowser, pero el cambio radica en que en los juegos lo normal es sortear una serie de disparatados mundos para rescatar a la princesa Peach, pero en la película ella es una osada aliada que tratará de proteger su reino y une fuerzas con Mario para rescatar a su hermano Luigi, quien aparece en esta película como el más dubitativo y temeroso de los hermanos Mario. Todos estos personajes llegaron por distintas vías al “Mundo Champiñón”.

En Barbie no podríamos decir que hay un antagonista definitivo, quizás se puede hacer que Ken tome ese lugar cuando descubre que en el mundo real su rol no está destinado a ser secundario. Acá es cuando probablemente esta película se vuelve más filosófica de lo que pareciera y quizás también, varios espectadores (incluyéndome) le vieron la quinta pata al gato al argumento y vieron un antagonista intangible: ¿el patriarcado?, ¿el sistema? La cuestión es que el conflicto de Barbie nace a partir de que se da cuenta que la imperfección existe y que la puede padecer. Se podría decir que es hasta platónico esto.

barbie ken

 Como este tema de género es la comidilla de moda y con ello, interminables enrolamientos en sus filas del mismo modo que sus contras. Se le buscó también la asociación. Primero que la decisión de que Peaches no sea precisamente la damisela en peligro fue social y comercialmente acertada. Poner de víctima a un temeroso muchacho como Luigi estuvo mejor, aparte de que ciertamente este personaje tiene una evolución positiva. Se habló de que Bowser encarna el acoso por su instancia romántica hacia Peaches e incluso se levantó polémica por la canción dedicada a la princesa y que terminó incluso siendo un hit de pop como cualquiera de banda sonora de películas. Por otro lado, que Ken constituya una amenaza para el mundo perfecto de las Barbies llegó a ser un poco chocante, pero el desenlace lo volvió comprensible.

Vamos con el tema principal, que en Mario Bros. sería el coraje y con el mismo avanzar en la vida además de defender lo suyo y a los suyos. En este camino el personaje que tiene mayor evolución es Luigi. En Barbie volvemos a insistir en una cuestión filosófica pues el tema de hecho es el descubrimiento de tu propio ser. Podría sentirse buena parte del argumento como un manifiesto feminista y puede que así lo sea, pero el mismo termina siendo aplicable para quien sea. Barbie cambia, Ken también así como buena parte de los seres reales.

 

Pero más allá de cualquier cuestión metafísica que se les pueda buscar a estas películas la meta era volver a la niñez de buena parte del público objetivo, quienes no solo disfrutarían de recordar, sino de transmitir todos esos detalles inolvidables de su cultura a las generaciones siguientes. La obsesión de los “Gen X” y los “Millenials” con sus infancias y adolescencias a día de hoy ha logrado que muchos lo aprovechen monetariamente. En este caso, tanto “Barbie” como “Super Mario Bros.” fueron éxitos brutales de taquilla, llevándose el primero y segundo lugar de mayor recaudación del 2023, sobrepasando los 1400 millones de dólares la película de la popular muñeca y los 1300 la del héroe de los videojuegos.

Mario es un deleite para el gamer y los que no son tanto, pues es magnífica la recreación de personajes, características, poderes y situaciones que han ofrecido los juegos de la saga Super Mario Bros. En Barbie los tonos pasteles, las diferentes personificaciones de Barbie en cuanto a características psicológicas o de actividad y el genial detalle de que todo se basa en imaginación (ver como se come, bebe o se toma un baño en el mundo Barbie). Finalmente valdrá decir que es un hito que ese éxito de taquilla como el de Barbie haya sido dirigido por una mujer, el caso de Greta Gerwig de apenas 40 años.

Maverick: Nostalgia de la Buena

Fue una espera larga, realmente larga. ¿Fue una espera al fin? No precisamente se anhelaba una secuela de “Top Gun”, una de las icónicas películas de los 1980s, mas era completamente esperable dado el “boom nostálgico” que ha invadido a cine y televisión en los últimos años. Los fans desde luego buscarán ver que ha pasado con el bueno de “Maverick” después de tantos años.

“Top Gun: Maverick”, con el mismísimo Tom Cruise, ofrece lo que todo fan de esta película, y ahora saga, busca: vértigo, erotismo, rivalidades, fantasía y maniobras inverosímiles. Pero la inclusión de los antiguos miembros de la academia entre una nueva generación de talentosos pilotos nos lleva al eje temático de esta nueva versión del film de los aviadores más intrépidos de la armada norteamericana que es más referente a la identidad y el paso del tiempo. Si lo queremos definir en una sola palabra sería: “madurez”.

Cuando arranca la película, el espectador en general puede alegrarse de las pocas señales de envejecimiento que presenta “Maverick” y en verdad, Tom Cruise es un actor que ha resistido con bastante éxito el paso de los años, Ya entrando en el desarrollo, parece que Maverick nunca dejó de ser el mismo piloto intrépido de los años 80, con todo lo bueno y lo malo que eso puede significar en un ser humano. La juventud eterna puede tener algunas desventajas.

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Maverick o sea, (y alerta de spoiler) el Capitán Pete Mitchell, conserva dicho rango en la milicia y es permanentemente cuestionado por ello en el transcurso de la película. Es tratado con condescendencia por sus supervisores, pero a la vez protegido por uno de ellos, que es el ahora Almirante Tom Kazansky, el recordado “Iceman”, quien se convirtió en un muy admirado oficial y su obra y gracia solapa las continuas travesuras de su hoy entrañable amigo Mitchell, y no solo guarda filiación fraternal, sino admiración por su talento.

Resulta que Maverick jamás cambió su lugar en la Marina y en el Mundo. Siguió siendo el piloto osado, pero (spoiler) jamás tuvo realmente una carrera militar, pues permaneció en su sitio. Fuera de la vida militar permaneció soltero, sin hijos, siendo el eterno rompecorazones de sonrisa perfecta, gafas de aviador y a bordo de su motocicleta con impecable melena al aire. Los años para él no pasaron nunca y parece feliz siendo eso, mientras los cuestionamientos lo bombardean por todas partes, quizás los más llamativos son de la hija de un renovado interés romántico que aparentemente tuvo sus inicios entre película y película, la misma interpretada por Jennifer Connelly, a quien el paso del tiempo también le ha favorecido, al contrario de la “noviecita original” de Top Gun, Kelly McGillis, quien sí ha sufrido los estragos de los años. Ciertamente hay cuestionamientos por esta decisión, pero para la evolución del personaje de Cruise.

Maverick manifiesta que el nunca se quiso mover de su sitio, pues ser piloto Top Gun no es lo que es, sino “quien es”. Así afirma su identidad y el deseo de no buscar más, en tanto que un Iceman lleno de condecoraciones, admiración, pero con terribles huellas del paso del tiempo le habla de que hay un momento para dejar ir, concepto imposible de digerir para Mitchell. Tal vez un espectador que está en la mitad de la vida cronológica entre los personajes viejos y nuevos de Maverick y Iceman se cuestionen qué es mejor: si quedarse en esa especie de “zona de confort” de Mitchell o seguir un camino acorde al paso del tiempo, con sus sastisfacciones y penosas consecuencias, como en el caso de Kazansky.

 rooster

 

Maverick tiene una última oportunidad de su valía al estar a cargo de la instrucción de una misión a toda vista imposible que debe ser ejecutada por pilotos jóvenes y a los cuales les debe demostrar la posibilidad de la misma, no sin antes pasar por alto la verticalidad y reglamentos de la Armada de Estados Unidos, para variar. Para unos podrá ser emocionante y para otros patética la eterna irreverencia del Capitán Mitchell. Obviamente había que tener mujeres en el escuadrón y al mismo Mitchell en el acostumbrado bar de oficiales le dejan en claro que las actitudes machistas son poco toleradas en los tiempos modernos. La evolución de una complicada relación con el hijo del recordado “Goose” también es interesante.

Pero en fin, este tipo de reflexiones son interesantes de hacer mientras suceden las 2 horas de vértigo y adrenalina en una experiencia que en el cine al menos es divertida pero físicamente agotadora, con lo que se podría decir que los productores cumplieron con su objetivo. En verdad, tampoco hay demasiadas vueltas que darle, pues no deja de ser un clásico de acción del cine norteamericano. Ciertamente el fan de la Top Gun original quedará satisfecho, pues hay cosas que no cambiaron como las rivalidades y la clásica escena playera. Las que sí cambiaron tampoco desentonan.

Coco y la Importancia de la Memoria

Uno de los mayores éxitos en cuanto a películas en esta temporada y destacada en su género de animación ha sido “Coco”, un nuevo acierto de la productora “Pixar” que trajo una novedosa temática en cuanto a este tipo de largometrajes y que remite a la reflexión y conocimiento de la cultura a través de las latitudes.

“Coco” gira en torno a una de las más importantes y atendidas costumbres de México como las tradiciones de celebración del Día de los Muertos, la cual es especialmente observada en el mundo católico, pero que en dicho país tiene sus peculiaridades. La festividad se explica como profundamente asentada en los valores de afecto y vínculo familiares, lo cual es normal  en Latinoamérica.

La familia ciertamente es el tema de “Coco”, que toma el nombre del miembro más anciano del clan familiar Rivera. Sin embargo y para evidentemente dar un conflicto qué resolver a la trama, no sólo se destaca el afecto y temas positivos de las relaciones familiares, sino que de hecho la historia toma su forma por un habitual conflicto familiar de los más comunes que tiene que ver con los oficios y vocaciones. La familia Rivera tiene una larga tradición en la elaboración de zapatos y cuan larga y profunda es esa tradición, su contraparte es su animadversión hacia la música.

Sin embargo, el pequeño Miguel, protagonista del film, se rebela contra sus costumbres y anhela elegir el camino de la tan repudiada música por su clan, rastreada hasta el talento de un tatarabuelo ausente, algo que suele suceder en muchas familias latinoamericanas con las figuras paternas y ello es el suficiente coraje para el pequeño Miguel quien luego presume que su ancestro de hecho es una muy respetada estrella de la música de su comunidad. La lucha por buscar sus sueños en detrimento de los de su familia impulsa al pequeño que en su brío y sin darse cuenta ingresa al mundo de los muertos, donde es recibido con algo de susto y extrañeza.

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Ya en aquella fantástica incursión en el mundo del más allá, Miguel descubre y experimenta los mitos relacionados con la celebración del día de los muertos y es testigo de cómo la existencia de quienes ya partieron en su forma más “espiritual” depende mucho de la memoria de quienes aún permanecen con vida, de este modo en la fecha de celebración a los muertos, pueden reencontrarse con sus líneas familiares y sobretodo, tal vez lo más triste, evitar caer en el completo olvido con su dolorosa consecuencia.

“Coco” recorre varias facetas culturales de México además de su fascinante culto a la muerte como la música, la mitología (las escenas con alebrijes son fantásticas) e incluso la presencia de personajes fundamentales de la historia mexicana como Frida Khalo y varios más que aparecen bervemente, además de resaltar las características de la personalidad de un latinoamericano en general por la importancia de la familia en nuestras vidas o la famosa picardía encarnada en este caso en Héctor. Con “Coco” también aprendemos a evitar la “idolatría” ya respetar y cultivar los vínculos familiares, así como a respetar la forma de ser de cada uno de los miembros del clan familiar. Mas la lección fundamental es la importancia de preservar la memoria de quienes ya partieron y valorar los ancestros a pesar de lo dolorosas que puedan ser las circunstancias.

Vale recordar que esta película ganó 2 Premios Oscar por mejor película de animación y mejor canción original con la tremendamente emotiva “Recuérdame”, la cual despierta la ya deteriorada memoria de mamá Coco y establece la definitiva paz con los conflictos familiares de los Rivera.

Los Últimos Jedi: Complaciendo Generaciones

El fin del 2017 tuvo el estreno de una nueva película de la saga de la Guerra de las Galaxias, esperada por una legión de seguidores acumulada a lo largo de los años desde que debutó su primer film allá por los años 70 y con la promesa tanto por la trama como por los directivos de que tendrá para largo.

 Tal como pasó con “El Despertar de la Fuerza” y de acuerdo a una lógica en el complicado universo de la Guerra de las Galaxias, la combinación entre personajes clásicos con los nuevos mantiene la atención de generaciones de fanáticos. Tras la muerte de Han Solo, era tiempo de dar mayor protagonismo a la ahora General Leia Organa, con su toque emotivo aparte, pues sabemos que la actriz Carrie Fisher, quien se encargó de encarnar por décadas a este personaje, falleció hace poco más de un año. También era tiempo de ver cual era el nuevo protagonismo de Luke Skywalker, de quien quedaba la incógnita de su reacción tras el final del anterior film de la saga. Claro, la misma fue algo inesperada. El eterno Chewbacca se haría también presente en lo que mejor sabe hacer: conducir naves. En cambio los papeles de los robots clásicos, R2D2 y C3PO fueron más bien secundarios y la participación de BB8 como un droide más evolucionado es espectacular.

 Si hablamos de los giros interesantes, además y partiendo de lo acontecido cuando Luke recibe la espada láser de manos de Rey, hay un cuestionamiento hacia lo que constituye la orden Jedi y una voluntad de ruptura entre lo viejo y lo nuevo, más que nada, buscando desidealizar, algo que sin duda puede haber impactado a los devotos de la saga y puesto a pensar durante el transcurso de la película. Lo que permanece inamovible es y será siendo el concepto de “La Fuerza”, expresada más que nunca en su dualidad con la conexión entre Kylo Ren y Rey, distando de la concepción occidental de bien y mal.

 Otro guiño hacia la modernidad es el rol de la mujer en estas últimas entregas de la saga. En el caso de la resistencia lucen como autoridades ya que además de Leia, la vicealmirante de la misma es Amilyn Holdo. En este caso, la autoridad femenina encarna la sabiduría y prudencia, mientras que los integrantes masculinos de la misma más bien reflejan impulsividad y acción instantánea. En el desarrollo del largometraje se verán complementados ambas visiones. Del lado de la Primera Orden, la Capitana Phasma es la más relevante en un lado en el que lo masculino aún es predominante con el supremo líder Snoke, el Comandante Kylo Ren y el General Hux.

 Finalmente un desenlace esperanzador remata a la película. No solo porque insinúa que la resistencia se ha sembrado en el corazón de los más jóvenes, sino porque indudablemente para el espectador y aficionado es la señal de más películas de la añorable saga.

 

Se intentó no hacer spoiler.

T2: Entre la Nostalgia y la Resignación

En este año se estrenó Trainspotting 2, la secuela del clásico film noventero que se estrenó hace 21 años ya. Con la expectativa de sus seguidores, la nueva película estuvo a la altura de las expectativas, tal vez sin superar a la primera diría su fanaticada, pero divertida al fin.

Tras 20 años, Mark Renton vuelve a su Edimburgo natal y su reencuentro con personas, lugares y sensaciones varía en matices que en todo caso están lejos de ser gratas, algo lógico de esperarse, sabiendo las circunstancias en las que Renton dejó su tierra. El shock de la nostalgia mezclado con la propia incapacidad de reconocimiento de un lugar que no se ha visto en 20 años. El tiempo no pasó en vano ni en la gente ni en las cosas.

Renton se vuelve a ver con su antigua pandilla en orden de afectos: A Spud, por quien siempre tuvo compasión, quien tiene un presente poco alentador, aún adicto y con escasa estima por la vida, después está el agrio reencuentro con Simon (dejando el mote de “Sick Boy” atrás), quien vive de la extorsión juta a su novia y finalmente el traumático encuentro con Begbie, el psicópata, quien desde luego se la tiene a Renton “jurada”.

Trainspotting 2 transcurre de una manera mucho más lenta que su pre cuela, lo que cobra sentido sabiendo que sus protagonistas son de edades más maduras, valdrá la pena decir que es elogiable contar con el reparto original. Lejos queda el vértigo de las aventuras noventeras y si bien no dejan de meterse los protagonistas en líos divertidísimos, a estos les toma su tiempo en desarrollarse. Ciertamente quienes vieron el primer film entenderán varias más de las “gracias” que ocurren en esta segunda entrega.

El tema principal de “Trainspotting 2” es la nostalgia. La evocación de tiempos idos corre por cuenta de los recuerdos que se intercalan en la trama, los cuales incluyen pedazos de la película vieja más algunas escenas de lo que aparentemente sería la infancia de los protagonistas, a lo que también se agregan fotos de la juventud y relatos escritos en los que Spud comenzó a trabajar, contando las aventuras de los “buenos tiempos”.

Sin embargo, tras esa nostalgia hay una crítica hacia la misma, desarrollada sutilmente por Veronika, la novia de Simon, quien manifiesta su desacuerdo con la permanente posición evocadora de recuerdos tanto de su pareja como de Mark, comparando con la realidad de su país de origen (ella es de Europa del Este), en donde se prefiere dejar el pasado atrás. Podría ser comparable a como Diane en el film de los 90 advierte a Renton sobre los constantes cambios en los gustos y estilos de vida y como el grupo de Mark no los llevan consigo y se estancan en las mismas memorias que en decididos términos los estancan. Ahora, en Trainspotting 2 se puede observar que si bien el paso del tiempo es visible físicamente en los personajes, estos no han cambiado mayor cosa, incluso Renton, quien había “escogido la vida”. La diferencia es que no haber evolucionado de lo que eran en sus años veintes para personas en sus cuarentas puede ser deprimente.

La primera película hablaba de la adicción, la cual sigue estando presente en Trainspotting 2, pero transformada a veces como razón de ser y en otros breves momentos como motivo de evocación a la nostalgia justamente. Acá se habla también de canalizar las adicciones, pues ciertas personalidades inevitablemente tienen ese rasgo adictivo y para evitar poner en riesgo su salud o su vida misma es necesario trasladar esa adicción hacia otras actividades como el estilo de vida saludable o las redes sociales (guiño crítico a las actuales tendencias de la sociedad), conductas sin duda menos peligrosas que la vida de un heroinómano.

Finalmente se podría enfocar a la película como una lucha entre avanzar o quedarse ahí mismo y tal vez haberse dado cuenta de ese dilema demasiado tarde o intentar ser feliz con lo que buenamente se es, mientras hay como reírse de su propia tragedia.

Retro y Terror: Combinación Ganadora

En este septiembre de 2017 se estrenó en salas de cine alrededor del mundo el remake de “It”, la terrorífica obra cinematográfica adaptada del libro de Stephen King con notable éxito y generalmente buenos comentarios.

Con expectativa, mucha gente que durante su infancia o juventud se mortificó con las macabras apariciones de “Pennywise” ha ido acudiendo en busca del placer de la nostalgia a pesar de estar plenamente advertidos del miedo que alguna vez les generó. Es precisamente de lo que trata “It”, acerca del miedo mismo en su esencia.

Quienes vieron la película “original” en los años 90 o mejor aún, han leído el libro están conscientes que el fenómeno “It” es cíclico y se presenta en un pueblo de aquellos que en Estados Unidos hay por montones con la diferencia que el índice de acontecimientos mórbidos en “Derry” es inusualmente alto. El halo paranormal de la historia supera lo que en un principio podría ser policial. Ese ciclo cuidadosamente se respetó al estrenar el remake 27 años después del original.

Concebido para un público ávido de la onda “retro”, los elementos de finales de Siglo XX abundan: referencias musicales, videojuegos, tecnología de la época como cintas de audio, video, proyectores, teléfonos. La idea de la historia traslada a los años 90, también dirigido a producir la secuela prevista para el 2019 en la que seguramente los protagonistas vivirán en la actualidad y serán adultos. El guiño retro incluso se lo encuentra sutilmente en la inclusión de Finn Wolfhard en el elenco, joven actor conocido por encarnar a “Mike” en “Stranger Things”, serie de Netflix ambientada en los 80.

Sin embargo, el toque de modernidad, a pesar de ser ambientada en el siglo pasado, abarca duros temas como el bullying o el abuso a menores de una manera bastante más descarnada que en la película original, lógicamente muy lejos de los pasajes fuertes que tiene la obra escrita. En cuanto a producción y efectos, indudablemente tienen una mayor calidad sobretodo para ilustrar los eventos paranormales recurrentes a lo largo del largometraje.

Lo genial de la concepción de “It” está en concentrarse en las raíces del miedo mismo, algo que vas más allá de cualquier producción de terror, muchas de las cuales son más bien producciones de suspenso con escenas colocadas en ciertos puntos para aumentar el drama. En el caso de “It” el tema en sí es el miedo, puesto que el payaso Pennywise se alimenta y fortalece a través del miedo de sus atacados y justamente infringe daño manifestándose en los temores más profundos de los mismos. Quien no manifestó miedo hacia su maléfica presencia evitó un desenlace más desagradable.

Esta remozada “It” tiene un guión y trama bastante buenos, la película es bastante más dinámica que la original aunque tal vez da menos miedo. Claro está, el “It” original explotó el miedo hacia criaturas y experiencias más allá del mundo terrenal, algo que agobia más a los niños. Ahora estos niños ya crecidos seguramente tienen más bien miedo a las cosas terrenales, dejando a un lado a lo paranormal y en ese sentido tiene menos impacto, menos miedo, pero no menos entretenimiento. Se podría decir que incluso el vestuario de Pennywise es un poco más estilizado, muy de nuestros tiempos. Sin duda la secuela se hará esperar.

Rogue One dio al Público lo que Quería

De la franquicia Star Wars se puede decir que es una inagotable máquina de dinero. Pero eso se debe a que son inagotables también, las opciones narrativas para seguir explicando este imaginario pero emocionante universo cuya mitología es sumamente extensa y arraigada en la cultura popular contemporánea. La opción de “Rogue One” para seguidores y entusiastas de Star Wars se planteaba sumamente interesante.

Definida como una especie de “3.5”, la intriga principal de esta parte de la extensa saga era justamente ese enlace entre los clásicos que inician con “A New Hope” y las precuelas que cumplían un ciclo con “Revenge of the Sith”. Rogue One en el mismo título se anuncia como “Una Historia de Star Wars”, con lo que se ubica dentro de las producciones “antología” que continuarán siendo producidas, así como lo serán la trilogía secuelas que arrancó con “El Despertar de La Fuerza”.

Como suele suceder en el universo Star Wars, los escenarios múltiples e interplanetarios dominan la trama, con locaciones dominadas por el imperio y otras por rebeldes cuyo punto novedoso es ver que se encontraban dispersos entre los extremistas liderados por Saw Gerrera y aquellos que tenían mayor organización, cuyo chullita protagonista es Cassian Andor, interpretado por Diego Luna, lo que al menos para una audiencia latinoamericana generaba sus expectativas y se diría que cumplió.

Las intrigas dentro de la formación de la conspiración contra el Imperio construyen la emoción de la película, conspiración que inicia dentro de filas imperiales por sí mismas ya que la mente maestra tras la “estrella de la muerte”, la súper arma con la que el Imperio atemorizó a generaciones aficionadas a la saga, diseñó la falla con la cual fue atacada en la trilogía original. Intriga, inteligencia y contra inteligencia dentro de unos rebeldes no del todo unidos y la fuerza opresora van desenredando el nudo hacia el desenlace esperado por los fanáticos, en tanto que entretenía a “primerizos” dentro de aquel universo.

Un seguidor de Star Wars sabía que los planos de la Estrella de la Muerte tendrían que de alguna u otra forma llegar a la rebelión, quien no seguía atento las peripecias de Cassian y Jyn Erso. Con algo de recursos tecnológicos y narrativos, la tensión llegaba a su punto. Sin embargo, es muy probable que sea el “iniciado” quien disfrute la secuencia final, cuando aparecen los personajes clásicos como brevemente C3PO y R2D2 y sobretodo, la implacable persecución de Darth Vader. El vértigo de la rebelión trasladando los planos puso al fanático contra la silla y la recepción por parte de Leia Organa es sencillamente triunfal. Rogue One sin duda fue diseñada para “la hinchada”, aunque en el camino, no decepcionó a quien no tenía conocimiento de la enorme saga ideada por George Lucas. Interesante también haber visto que el final de Rogue One no fue del todo feliz.

Mientras Rogue One seguía en cartelera, se produjo el fallecimiento de Carrie Fisher, quien personificó a Leia Organa durante años. La nostalgia debe haber invadido a más de uno, quien tan solo días y hasta horas antes vio a su princesa recibir la información vital para dar una nueva esperanza al universo. Emociones intensas para un clásico que ciertamente, está siendo cuidadosamente explotado en estos años.

Deadpool: el “Héroe” que usa Taxi… Como Yo

Sabemos que a Don Wade no le gustaba que le digan “héroe”, menos aún, después de su transformación hacia “Deadpool”. Pero este es un buen punto de partida para que el espectador se pueda identificar con un personaje, tan anormal como puede ser un mutante de los mundos de ficción de Marvel Cómics, pero a la vez, con esas pasiones tan humanas que de hecho, la misma Marvel suele dotar a sus creaciones.

Apenas iniciada la película de Deadpool, advertimos que la balacera y violencia en general, se vienen en serio, con una presentación bastante informal y desfachatada de la historia y protagonistas. Este peculiar personaje, si bien tiene poderes inverosímiles en un mundo que no sea del cómic, se presenta como un tipo de lo más normal que no va a salir volando por su cuenta o a través de sofisticados armatostes a hacer justicia. El se va en taxi, como usted, como yo, como cualquiera. Claro, la historia en Ecuador no se hubiera podido desarrollar tan normal, pues ningún taxista dejaría subirse a un tipo enmascarado y con espadas a “su unidad”, mucho menos, le permitiría irse sin pagar.

Wade Wilson no es ningún héroe, sus causas no se podrían considerar elevadas y nobles, el antiguamente mercenario ahora busca una venganza muy personal contra quien le complicó la vida de varias maneras. Es obviamente una sátira hacia la imagen impoluta del héroe de ficción, la cual no para de criticar y deslindarse, evitando a toda costa ser parte de los legendarios “X-Men”, que en la película están representados por el eslavo “Colossus”, que exagera en caballerosidad y altruismo.

Wilson o Deapool, es un sujeto sumamente humano. La transformación a la que se somete en la película y de hecho, su más grande motivación por la que se desarrolla la historia es el amor. Ese amor ideal por una mujer con la que no muchos afortunados se pueden encontrar: aquella que le permite ser ÉL: tan desfachatado, tan vulgar y pendenciero. Al pendenciero le tocaron el corazón y todo iba bien hasta que llegó el impertinente invitado de todos los buenos momentos de la vida: la enfermedad. Lo que venía siendo una violenta comedia pasa a ser drama y en esos contrapuntos entre comedia y tragedia se desarrolla está película bastante bien lograda.

Vale la pena destacar cómo se cuenta la película. El juego con los tiempos narrativos es notable y engancha mucho mejor con la historia que si se hubiera dispuesto de forma estrictamente lineal. Quienes solo prefieren al cine lo habrán relacionado con un trabajo estilo Tarantino (que es complementado con las permanentes balaceras), quienes son amantes de la literatura se sorprenden tal vez menos, pero no deja de ser un recurso interesante y fundamental para el atractivo del film.

Los guiños de cultura popular también divierten al espectador que no solo es público adolescente o adulto joven. Hay detalles muy ochenteros como la afición de Wade por el dúo británico “Wham!” (así, con el signo de exclamación, como le gusta pronunciar) o el chiste alusivo a “Ferris Bueller’s Day Off”. Se puede ir identificando referencias sobre televisión, filmes y publicaciones escritas que terminan enganchando y familiarizando a quienes disfrutan de la película y de hecho, ya es una marca de quien quiera hacer un producto mediático en estos días. Patrón legado por Los Simpson.

“Deadpool” no puede ser considerado como un film basado en cómics cualquiera. A pesar de los chistes vulgares y la constante violencia, deja un par de cosas para reflexionar como el lamento de Wade al tener que haber dejado al amor de su vida, por precisamente luchar por su propia vida. Una interesante y dolorosa disyuntiva que presenta una producción aparentemente ligera. Siempre Wade recomienda no abandonar el amor, ese que te permite ser tan vulgar y cualquiera como puedes ser, como te criaste, como vas a morir. Lo demás es pura ficción y efectos asombrosos, de esos que son divertidos de ver en la pantalla grande.

¿Qué hago a 80 millones de kilómetros de casa?

Más allá de cualquier virtud narrativa que se pueda encontrar en la película “The Martian”, es inevitable que el espectador se haya puesto en el lugar del astronauta Mark Watney y reflexionar acerca de “qué diablos hacer solo en un planeta y tan lejos de casa”, hasta eventualmente poder regresar. Ese “qué hacer” incluye sobretodo el “qué hacer con uno mismo”.

Existe mucha gente a la que la soledad la aterroriza, no es muy mi caso. Cuando vi la situación de Watney caí en pánico, pero cuando se lo vio distrayéndose con un capítulo de “Happy Days” o escuchando la colección de música disco de la comandante Lewis, mi reflexión cambió: “con música y tele, me quedo nomás viviendo en Marte sin que nadie me joda fastidie”.

Pero de ver tele y oír música anticuada te puedes cansar en cualquier momento. Realmente el enfrentarte a ti mismo reside en el hecho de simplemente tener qué hacer. Para su “fortuna”, Watney tenía muchas tareas en Marte, todas relacionadas con su propia supervivencia. El bueno de Mark se iba a quedar tarde o temprano sin que comer, así que utilizó todo su entrenamiento científico y de astronauta para proveerse de los alimentos que le permitiría esperar bien comido su rescate. Tarea que no fue nada grata, sobretodo por la manipulación de desechos orgánicos.

Mark necesitaba dar pistas al mundo de que estaba vivo y otra parte de su “agenda marciana” se copaba buscando la forma de comunicarse con la Tierra, la cual lo daba por muerto. Y si el tipo no se esforzaba por meter algo de relajo, ni siquiera se hubieran esforzado en buscarlo. De paso, esto es hasta una lección extrema de marketing.

Entonces, don Mark entre hacer su comida y dar señales de vida tenía un día solar agitado y apenas le quedaba tiempo para dormir. Problema resuelto, así puedo pasar más de un año esperando a que vengan por mí, pero acá viene otro dilema. No sólo es suficiente para la mente humana mantenerse ocupada, sino también, el rodearse de un par de seres queridos. Existe pocos casos de misantropía extrema y tal vez, la NASA debería tomar en cuenta ese trastorno convertido en virtud (?) para la selección de su personal.

Aquel dilema planteado se pone aún más complejo si se tiene familia. Yo no tengo hijos, pero se me estrujó el corazón de tan solo pensar que algunos de los astronautas de la misión se perdían un año de la vida de sus vástagos. De todas formas, sin hijos, se me haría difícil pensar que pasaré un año sin el contacto de mis amigos o familia más cercana, ¡y eso que soy un ogro! En todo caso, si te toca vivir en otra ciudad o país, la tecnología te evita esa pérdida de contacto hoy por hoy, pero en una misión espacial, la situación sería distinta. ¡No sé cómo hacían antes los becados o migrantes sin Skype!

“The Martian” también hace pensar mucho sobre la muerte. En un lugar totalmente hostil para la vida humana como lo es el espacio exterior, tus posibilidades de sobrevivir se reducen notablemente, por el sólo hecho de depender de máquinas y tecnología para funciones esenciales, las cuales, como máquinas que son, pueden fallar el momento menos pensado ante un uso prolongado.

Ese continuo pensar en la muerte lo hemos por lo menos apaciguado bastante en el transcurso de la evolución humana. Hoy por hoy, en ciudades de un país tercermundista como Ecuador, la esperanza de vida fácilmente ronda los 80 años. Con todos los servicios asegurados, puedes preocuparte por otras cosas aparte de si seguirás respirando al siguiente día. Un lujo de la modernidad que no se podía dar don Mark Watney y cuando se relajó un poco, sus instalaciones marcianas le jugaron una muy mala pasada.

Ese constante acecho de la muerte redujo a Watney prácticamente a la época de las cavernas, donde el enfrentamiento con lo desconocido (la superficie marciana) era la constante. Al menos no tenía el peligro de animales salvajes, pero ya tenía suficiente con lidiar con la falta de presión y oxígeno

“The Martian” nos deja una lección de humanidad reducida a su mínima expresión, de funcionamiento estructural de la sociedad y también, más que una misión tripulada a Marte y que Mark pueda literalmente hacer florecer el desierto, más de ficción me resultó el hecho que sus compañeros acepten dar otra alegre vuelta por el espacio por otro año con tal de rescatarlo. Me parece que en la vida real, ahí quedaba o por lo menos, lo rescataba otra gente distinta a los compañeros originales de su misión.

Finalmente, ¿qué ayudó al hombre a colonizar y sobrevivir en Marte?… ¡La papa! Punto para #LaSierra que conserva su saque.

La gracia de lo políticamente incorrecto

Volvió el oso Ted, con una producción tal vez un poco más elaborada que su primera parte, ya que incluye un elenco de actores y personajes más importante que su primera producción. Es la película que debate que es correcto y que no, siendo lo más pendencieros y políticamente incorrectos posibles. Desde ahí, engancha la película con un argumento superior al de su primera parte.

Mientras en la primera película se habló de ciertas cosas que nos inquietan a los treintones como el valor de la amistad y dar pasos hacia lo que la sociedad llama “madurez”, mientras te revuelcas de la risa claro está, en esta parte recientemente estrenada, la cosa se pone aún más existencial. Se debate el ser o no ser, se debate la misma esencia de la humanidad y claro, mientras hay una sucesión de chistes escatológicos.

Como era de esperarse, vimos a una típica producción de Seth McFarlane. Así como en sus característicos dibujos animados (Family Guy, American Dad, etc.) se burla de todos y todos, topando temas como toda clase de prácticas sexuales y drogas con igual dosis de crudeza y gracia, a veces interrumpidos por elaboradas canciones y coreografías. Respeto a los temas “tabú” repetidamente abordados en la película, espero que esas lindas familias que fueron a ver la película con sus hijitos menores de edad, hayan tenido una charla muy seria después de la función. Ver algunas caras estupefactas me dio más risa hasta que los chistes y yo no entiendo cómo dejan entrar a chicos tan menores a estas películas.

Para los abogados, asumo que la película debe haber sido un deleite, pues el centro de la trama es el enorme lío legal que se desata a partir de que Ted no es avalado como una persona formalmente, que genera el instante en que deseó tener un hijo con su muy bella esposa. A la vez, esto también es muy típico de McFarlane sino, recordemos el desfile de bonitas damas HUMANAS que han sido parejas del perro Brian en Family Guy.

Volviendo a la idea de las leyes, lógicamente en el mundo real sería imposible que se presente un caso así, pero incluso en la misma película nos remonta a tiempos en los que había personas no consideradas como tal, hablando de minorías y pueblos conquistados, lo que nos enseña una buena lección sobre lo que realmente es la discriminación y como enfrentarla con buenas armas, más allá de un comportamiento supuestamente correcto, porque obviamente, muy al estilo de McFarlane, las crudas bromas a minorías no se hicieron esperar. Una cosa es la mofa, una es realmente la discriminación. Un oso encarnando a todos quienes fueron algún día apartados de un núcleo social por ser distinto, aunque tenga las mismas emociones humanas de cualquiera.

Otro sello clásico es el jugar con elementos de la cultura popular. Las escenas en el “Comic Con”, o el bullying de Ted y John (interpretado por Mark Wahlberg) a su abogada por su absoluto desconocimiento de series y películas viejas. Incluso el apellido que usa Ted para afrontar sus temas legales (Clubber Lang) motiva a la risa instantánea, sobretodo a quien no necesita de la correspondiente explicación (por si acaso, es el nombre del personaje de Mr T en Rocky 3, a lo que también aclaro: yo también deploro a quien no se ha visto la saga de Rocky).

¿De qué nomás se ríe Ted?: de los comportamientos sexuales distintos a “como manda Diosito”, del abuso de drogas, de los más arcaicos estereotipos de cualquier grupo minoritario, de la decadencia de las estrellas del espectáculo, de eventos y fechas sensibles para la humanidad (11 de septiembre, masacre en oficinas de Charlie Hebdo, etc.) Qué es lo que más ensalza: la amistad, reforzada por el gusto compartido de ser cargoso (gustar del bullying, para quienes nos leen desde fuera de Ecuador).

Y eso es básicamente Ted: camaradería y también introspección. Cosas relevantes de la vida, condimentadas con humor corrosivo. Una constante bofetada al hipersensible mundo que tenemos en los actuales momentos, donde cada vez es más difícil burlarse de la humanidad misma, donde se corre peligro de ser reprendido por cualquier comunidad supuestamente ofendida o lo que es peor, por una ley.