El Regreso del Hijo Pródigo
Luego décadas de espera, un trofeo de una de las cuatro ligas importantes del deporte estadounidense (NFL, MLB, NBA, NHL) arriba a Cleveland, Ohio. Todo esto de mano de su hijo pródigo: LeBron James. Tan criticado cuando salió de su natal ciudad para buscar la gloria en los Miami Heat. Luego de alcanzarla, regresó, para esta vez compartirla con su ciudad y su estado de la mejor manera posible.
Se avizoraba una serie de finales épica entre los Golden State Warriors, campeones de la durísima conferencia del Oeste y poseedores del mejor récord en la historia de la temporada regular frente a los Cleveland Cavaliers, campeones del Este y en búsqueda de revancha debido a la final perdida frente a los mismos rivales en las finales del año pasado.
A diferencia del año pasado, los de LeBron James llegaban mejor preparados y con su roster completo, pese a eso, tuvieron un duro inicio y perdieron 3 de los primeros 4 partidos de la serie. Todos apostaban porque la final concluiría con un 4-1, ya que el fortín del Oracle Arena, de Oakland, donde hacen de locales los Warriors sería la sede del quinto partido de la serie, añadiendo la dificultad que nunca en la historia de las finales de este deporte, un equipos se había repuesto de una desventaja como la que se enfrentaban sobre los “Cavs”.
Sin embargo, Kyrie Irving tuvo una genial actuación en ese partido, que acompañado del siempre productivo James vencieron al equipo de California que contó con unos Curry y Thompson deslucidos, lejos del nivel de la temporada regular, y sin Draymond Green, suspendido por la NBA para ese partido por reiteradas faltas técnicas y flagrantes durante los play-offs. Para empeorar la situación de los campeones defensores, Andrew Bogut, su pívot titular sufrió una lesión que lo dejó fuera de la serie (y posiblemente de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro).
En el regreso de la serie a Ohio, y aún con la amenaza de la eliminación en caso de una derrota, LeBron James y Kyrie Irving volvieron a lucirse y dejar sin respuesta a unos Warriors con un Green desaparecido y con Curry continuamente opacado por sus marcadores dando la victoria a los Cavaliers que forzaban un épico séptimo juego.
El mismo se desarrollaría en el Oracle Arena, y nos brindó una avalancha de emociones y un partido cerrado, con cambios de liderato y geniales actuaciones de Green por parte de los Warriors y James por los Cavaliers, teniendo como escuderos a Curry e Irving respectivamente. El partido fue todo lo que un séptimo partido de unas finales promete, llevando la definición del mismo a los últimos 30 segundos del partido, cuando los “Cavs” sacaron una ventaja de 4 puntos y debido a una férrea y correcta defensa, los Warriors no pudieron descontar, dando como desenlace el título para la ciudad de Cleveland.
LeBron James fue elegido como MVP unánime, con sobra de merecimientos, ya que fue el líder de la serie tanto en puntos, asistencias, rebotes, robos y tapas. Con esto guió a su equipo al título ansiado por más de medio siglo y dándole una alegría inmensa a la ciudad de Cleveland. El hijo pródigo regresó, y venció.