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Grandes Rivalidades: Larry Bird vs Magic Johnson

Un choque de estilos que enfrentaba a ambas orillas de la unión americana y que gracias al despegue de las telecomunicaciones, era el estelar de una afición que empezaba a despertar alrededor del mundo.

En 1979 un par de jóvenes prometedores llegaban del baloncesto universitario estadounidense  a la NBA. Las 2 franquicias más ganadoras de la liga: los Celtics de Boston y los Lakers de Los Ángeles enrolaron respectivamente a unos tales Earvin Johnson y Larry Bird, quienes serían los referentes del torneo y el deporte del baloncesto en general en la década venidera, renovando así mismo una histórica rivalidad que ciertamente ya no ha podido tener los picos de efervescencia de aquellos años. Bird y Johnson ya habían consolidado una contienda en la final del NCAA 1979 en la que los Spartans de Michigan, donde jugaba “Magic”, superaron a los Sycamores de Indiana en los que jugaba Larry.

Si hablamos de la rivalidad Celtics – Lakers, la misma tiene incluso contextos sociales y políticos. A los de Boston se les catalogó usualmente como “el baloncesto de los blancos”, siendo varias de sus figuras históricas de origen caucásico. Mientras que los Lakers representaban simbólicamente a la comunidad afro descendiente que de hecho ha tenido enorme influencia en el baloncesto de los Estados Unidos. Este contra Oeste, tradición contra espectáculo. La mesa estaba servida y haría falta poner a los protagonistas ideales.

celtics

Larry Bird en su carrera universitaria había promediado 30 puntos por juego, Magic había sido campeón universitario y número uno en el draft. Johnson se juntó en los Lakers con su ídolo, el legendario Kareem Abdul-Jabbar, así alcanzan el título de 1980 ante los Sixers de Filadelfia quienes en la final de conferencia se habían impuesto a Boston. El cuadro de casaca verde en ese año eligió en el draft a Kevin McHale y Robert Parish, quienes junto a Bird conformarían la fabulosa columna vertebral de los Celtics en los 80 y dando resultado inmediato, pues en 1981 fueron los campeones imponiéndose en la final a los Houston Rockets.

En 1982 los Lakers contrataron al afamado entrenador Pat Riley y llegó la era del “showtime” con un Earvin Johnson veloz e impredecible, verdaderamente mágico, apoyado en el no menos espectacular Kareem Abdul-Jabbar, además de Michael Cooper, entre otros. Nuevamente derrotaron en las finales a los Sixers, quienes aún contaban con el fabuloso “Dr. J”, Julius Erving. De nuevo, los de Filadelfia habían derrotado en la final de conferencia a Bird y compañía, quienes habían tenido la mejor campaña de temporada regular con 63 victorias y 19 derrotas.

1983 no fue el mejor año para los chicos de Boston, pues una regular campaña los dejó en el camino en la primera ronda de los playoffs, en tanto que los Lakers, quienes se llevaron del draft a James Worthy, no pudieron contra unos inspirados Sixers que habían sumado a Moses Malone y más la experiencia de “Dr. J” y arrasaron 4-0 en las finales a los de Los Ángeles. 1984 sería otra historia con los Lakers y los Celtics ganando en sus respectivas conferencias en la temporada regular.

lakers

Los Ángeles y Boston fueron superando fases para encontrarse en la gran final conocida como “Showdown ‘84”. Habían pasado 5 años para que se enfrenten por el campeonato Magic Johnson y Larry Bird. En el primer juego disputado en Boston triunfaron los Lakers con gran jornada de Abdul-Jabbar (32 puntos y 8 rebotes), mientras que en el 2, los Celtics reaccionaron y ganaron en la prórroga. La final se trasladó a Los Ángeles y en el juego 3 fue paliza para los Lakers ganando con más de 30 puntos, pero en el 4 los Celtics se impusieron en otro dramático tiempo extra. Boston pasaba por una ola de calor e influiría en los juegos a celebrarse en el legendario “Boston Garden”. Juego 5 y gran triunfo 121 – 103 de los Celtics con una maravillosa actuación de Bird: 34 puntos y 17 rebotes. El sexto fue triunfo de los Lakers en su mítico “Forum” de Inglewood, mas el juego final, con una destacada actuación de Cedric Maxwell sería de Boston. Esta fue la revancha de Bird sobre Johnson de la recordada final universitaria y el mundo vería más.

En 1985 los Celtics y los Lakers se pasearon en la temporada regular y sus respectivas conferencias para volver a enfrentarse en la final. Un 148 – 114 de Boston como local hacía presagiar otro título, pero los Lakers dieron vuelta a esa historia ganando los 2 siguientes juegos como visitantes y locales teniendo como líderes de puntuación a Abdul-Jabbar y Worthy, mientras que Magic era el número uno en asistencias. En el cuarto juego en el Forum hubo una apretada victoria de Boston destacando a Kevin McHale, sin embargo, en los juegos 5 y 6 se encendieron todos los motores del “showtime” con Kareem Abdul Jabbar inmisericorde frente a la canasta y Magic Johnson de gran asistidor. Los Lakers celebraron su título en el mismísimo Boston Garden cobrándose la revancha.

La rivalidad persistiría y en 1986 de nuevo lideraron Celtics y Lakers las respectivas conferencias, mas cuando el mundo entero se esperaba una nueva final entre estos súper equipos, los Lakers en la final de conferencia cayeron ante los Rockets del “rey africano” Hakeem Olajuwon y fue Houston el cuadro que jugó ante los Celtics quienes con brillante actuación de su triada: Bird – McHale y Parish se proclamaron campeones y no volverían a serlo sino hasta 22 años después.

1987 sería el último año en que se enfrentarían estos colosos. Mientras lo Lakers se pasearon en los playoffs de su conferencia perdiendo solo un partido, Boston llegó a la final de la NBA tras una dramática final de conferencia ante Detroit. Los Lakers triunfaron en los primeros 2 juegos en el Forum con Magic liderando las asistencias, Boston recuperó terreno de local en el tercer juego con Larry Bird liderando puntaje y rebotes, pero en el juego 4, también en el Boston Garden, los Lakers triunfaron 107 – 106 con un agónico y espectacular gancho de Magic que pasó por en medio de McHale y Parish.

Los Celtics ganaron el quinto juego, pero el título fue para los Lakers que ganaron el séptimo con 32 puntos de Kareem Abdul-Jabbar. A partir de ahí, la rivalidad entraría en declive, pues emergieron los “bad boys” de Detroit comandados por Isaiah Thomas para tomar el puesto de los Celtics como rivales de los Lakers, perdiendo la final de 1988 y proclamándose campeones en 1989 y 1990. El ocaso de los Lakers se vería en 1991 al perder la final contra los Bulls y dar paso a la era de Jordan y compañía.

Celtics versus Lakers, Larry Bird versus Magic Johnson, espectaculares duelos que junto al mejoramiento en la calidad de las telecomunicaciones, hicieron de la NBA un espectáculo de interés universal.

Grandes Rivalidades: Sampras – Agassi

Estilos y personalidades distintas. Parecían destinados a ser eternos opuestos mientras la vida y el mundo de los deportes los puso uno frente a otro, dominando el circuito profesional de tenis de los años 90. A fines de siglo XX, los enfrentamientos entre Pete Sampras y Andre Agassi fueron un gran golpe mediático y comercial cuyos beneficiados fueron millones de aficionados. Dentro de poco, se revivirá este nostálgico duelo en las canchas.

Se podría rastrear el origen de esta rivalidad en el tercer enfrentamiento que sostuvieron estas leyendas a nivel profesional. En el US Open de 1990 disputaron la gran final, bordeando los 20 años de edad y finalmente el título fue para Sampras, pero era el inicio de una grandiosa época para la afición. Aquellos jóvenes iban pronto a dejar atrás  a los Lendl, Edberg, Becker y demás figuras de la década anterior, para que se concentre la atención en aquel duelo netamente norteamericano.

sampras agassi 2

Andre Agassi, nacido en 1970 en Las Vegas, ya era una figura del tenis mundial para 1990, Ecuador lo recuerda como el rival de Andrés Gómez en la final del Roland Garros que finalmente consagró como campeón al “zurdo de oro” y tenía ya varios años en el circuito profesional. Sampras, un año menor que él (1971, Washington D.C.) era una figura emergente, Andrés Gómez lo sufrió al caer frente a Pete en la final del ATP de Filadelfia, también en 1990. En el año en que estas leyendas surgían, el crédito ecuatoriano de hecho ya caminaba hacia el retiro y sus posiciones en el ranking ATP fueron cuarta para Agassi y quinta para Sampras.

 En los años 1990 y 1991 se enfrentaron en las finales del ATP Tour con una victoria cada uno. En 1993 se concretaría uno de los notables encuentros entre los norteamericanos. En la final de Wimbledon, Sampras se impuso a 5 sets ganando el primero de los 7 torneos que consiguió en su carrera en el césped londinense. Hacia el final de dicho año, ya Pete era el número 1 y por ahí Agassi tuvo un mal remate (24 en ranking ATP).

Llegó la mitad de la década e indiscutiblemente Sampras era el número uno y Agassi el dos del ranking, en tanto que las comparaciones surgían. Pete tenía un demoledor saque, mientras que Andre una fenomenal contestación, Pete privilegiaba el juego de red, Agassi los golpes profundos. Estas diferencias de juego apasionaron a los especialistas, pero a nivel de medios había que dar el golpe de gracia. Estéticamente, representaban dos mundos distintos. Sampras, el clásico y conservador, guardando los lineamientos del deporte blanco. Agassi era el excéntrico del tenis: peinados modernos, colores modernos, relaciones mediáticas como su sonado matrimonio con Brooke Shields. Una dualidad que había que explotarla a como de lugar. Un ejemplo es este comercial:

1995 sería un año crucial en esta rivalidad, pues se encontraron 5 veces en las finales de distintos torneos que incluyeron: el Australian Open (triunfo de Agassi), Indian Wells (triunfo de Sampras), Miami (Agassi), Montreal (Agassi) y el US Open (Sampras). Además que ambos integraron el equipo de Estados Unidos que ganó la Copa Davis dicho año.

 Iniciando la segunda mitad de los años 90, esta rivalidad se toma un paréntesis debido al punto bajo en la carrera de Agassi que incluyó lesiones y problemas personales. En 1996, el “Kid de Las Vegas” ganó la medalla olímpica, siendo lo más rescatable de su carrera por aquellos días, mientras que Sampras ganaba casi todo Grand Slam que se le cruzaba, salvo su eterna deuda, el Roland Garros. Afortunadamente, Agassi pudo volver a la cima y en mejor forma que nunca, para volver a poner a este enfrentamiento de moda en los años 1998 – 1999.

Agassi tuvo un magnífico 1999 en el que terminó por primera vez como el mejor del mundo. Ganó Roland Garros, lo que le permitió ser uno de los pocos tenistas en hacer “Golden Grand Slam” (ganar los 4 títulos de esta clase más los Olímpicos) y el US Open, aunque perdió Wimbledon con su “clásico rival”, acotando que Sampras es el rey de este torneo junto a Federer con 7 títulos para cada uno. A final de temporada, con Agassi en la cima de su rendimiento y Sampras ya no en su mejor forma, compartieron grupo en las finales del ATP Tour junto a Nicolás Lapentti (ambos derrotaron al ecuatoriano) y en la fase de grupos, la victoria fue para Agassi, en tanto que la final se la acreditó Sampras.

En el Siglo XXI, Agassi y Sampras se enfrentaron 6 veces más con 3 victorias para cada uno. Sin embargo, fueron legendarias sus últimas disputas en los US Open de los años 2001 y 2002. En el primero, un impresionante partido a 4 sets, en los que todos los sets se definieron con tie break, el primero a favor de Agassi y los restantes a favor de Sampras. El de 2002, sería en la final, con la que Pete lograría su Grand Slam número 14, igualando a Jimmy Connors. Dicho torneo sería el último que ganaría Sampras y marcó su retiro del tenis profesional que se anunciaría el año siguiente.

Acá, el juego completo del 2001. ¡Bestial!

Oficialmente las estadísticas fueron favorables a Pete Sampras con 20 victorias sobre 14 de Agassi, siendo superior en todas las superficies excepto arcilla, en la que Andre vence 3-2.  Sampras permaneció durante 286 semanas como el mejor del mundo en el ranking ATP, mientras que Agassi lo hizo durante 101 semanas. Este 28 de mayo jugarán en Monterrey como exhibición, recordando viejos tiempos.

Grandes rivalidades: Atom vs Hyuga

Sí, entiendo perfectamente que esto es ficción y podría pasar como una propuesta poco seria, pero vale la pena analizar esta rivalidad del cómic para buscar los valores que puede enseñar el fútbol a través de personajes creados por un pueblo cuya pasión por el fútbol es relativamente reciente como es el japonés. De todas formas, gente que supo captar ciertas condiciones emocionales y con ello, cautivar a infantes de todas las latitudes.

Oliver Atom (Tsubasa Ozora) es probablemente el mejor jugador de toda la historia en este universo. Un enamorado del fútbol que dice que “el balón es su amigo” y su obsesión se centra en el juego. Pasa perfeccionando sus habilidades y desde chico tenía trazado un sueño que era el de jugar profesionalmente en Brasil y por su selección nacional. Su técnica es envidiable y de un liderazgo más ligado a sus habilidades que a su personalidad en sí. Un personaje demasiado positivo podríamos decir, con pocos matices de oscuridad.

Por otro lado, estaba Steve Hyuga (Kojiro Hyuga) es el más grande rival de Oliver al menos en la liga juvenil japonesa. Steve debe ser uno de los personajes más interesantes del popular cómic y serie animada. Es huérfano de padre y hermano mayor, por lo que se siente en la obligación de ayudar a mantener el hogar y desde muy joven estudia, trabaja y juega fútbol, el cual lo proyecta como un medio para la supervivencia de él y su familia. Podríamos decir que su historia se asemeja a la del futbolista latinoamericano promedio, todo lo contrario a la historia de Oliver que es hijo de una familia algo acomodada (su padre es capitán de barco). Las dificultades de la vida hicieron a Steve un muchacho muy temperamental, fuerte y de intenso liderazgo.

El primer encuentro entre las más grandes figuras de este universo imaginario se decidió a favor del equipo de Hyuga, quien impuso sus condiciones con su avasallador carácter ante un timorato equipo del “Niupi” (Nankatsu) que tenía en Oliver y Tom Misaki (Taro Misaki) como grandes figuras, pero superados por un rival corajudo que supo meter miedo. En el partido final tuvo que llegar Benji Price (Genzo Wakabayashi) para poner la personalidad necesaria, además de sus habilidades en el arco, para ganar el título.

Como sabemos, la historia tiene como principal personaje a Oliver y su evolución no deja de ser emocionante. Durante la liga infantil tiene complicados retos emocionales como la tremenda semifinal contra el equipo de Andy Johnson (Jun Misugi) en la que en 90 minutos tuvo apabullantes lecciones de madurez frente a un rival muy técnico y que tenía la condición de su enfermedad de corazón. Los juegos contra el Franco Canadiense (Meiwa) son partidos en los que tiene que sobreponerse  a la figura recia de Hyuga y a un portero aparentemente invencible (Ken Wakashimazu o Richard Tex Tex), sin embargo, todavía no se erige como el gran capitán, en ese último partido fue su amigo y primer rival, Benji.

Cuando la serie hace sus característicos saltos en el tiempo y nos muestra el torneo de secundaria. Oliver tiene otra lucha: contra sí mismo. En este torneo le ocurren fuertes lesiones que lo obligan a superar el dolor físico que es vencido por el ferviente deseo de permanecer en cancha, un valor imposible de ver en el fútbol actual. A pesar de sus terribles dolores, Oliver conduce al Nankatsu al último juego contra el Toho que había llevado a sus filas a Steve Hyuga. La batalla contra Steve y contra su propio cuerpo es dramática, Hyuga no quería perder esta oportunidad, se había fortalecido notablemente y el juego final termina igualado. Con un reglamento que solo a unos japoneses poco doctos de fútbol (?) se les podía ocurrir, ambos equipos son declarados campeones y así termina una rivalidad excepcional, entre elogios y reconocimiento del gran esfuerzo realizado. A continuación tanto en el manga como en la serie animada, Oliver y Steve pasan a ser amigos y socios del gol en una selección japonesa de ensueño.

A través de esta maravillosa creación, quienes crecimos con los famosos “súper campeones”, experimentamos la dualidad del fútbol como un sueño de pibe al fútbol como sueño y a la vez vía hacia una vida mejor. Mundos opuestos encarnados en personajes que pueden ser realidad a diario. Podríamos identificarlos en rivalidades del tipo Messi – Cristiano o Federer – Nadal. Hay que agradece al señor Yoichi Takahashi por crear a estos personajes para nada planos y con una simbología mucho más trascendente que el simple entretenimiento.

Grandes Rivalidades: Prost vs Senna

La Fórmula 1, máxima categoría del automovilismo, llegó a su apogeo comercial en los años 80, cuando varios de los pilotos hoy considerados leyendas, se disputaban con furia cada centímetro, los circuitos programados para aquellas temporadas. En primera línea Mansell, Piquet, otros algo menos protagonistas como Patrese, Berger, Nannini, Boutsen, pero poco a poco se iba erigiendo un duelo de titanes que marcaría el fin de dicha década y comienzos de los 90. La lucha por la supremacía entre Alain Prost y Ayrton Senna.

Era el año de 1984. Prost ya tenía algunos años en la categoría y era la flamante contratación de la poderosa McLaren, como estrella emergente. Mientras tanto, Senna debutaba en Fórmula uno a bordo de la en ese entonces modesta Toleman. El año fue muy distinto para ambos, mientras Alain el francés perdió por medio punto el título ante el veterano Niki Lauda del que era coequipero, la temporada de Ayrton el brasileño tuvo poco para recordar, salvo la carrera de Mónaco. Bajo una fuerte lluvia pasó por un lado lo esperado: el profesor Prost conservó la pole position y se llevó el triunfo, pero el joven Senna desde el décimo tercer puesto y con las condiciones desfavorables descritas, llegó al segundo puesto. Se podría decir que ahí inició todo.

Los años 85 y 86 fueron de Prost, consiguiendo un bicampeonato para su palmarés y para el prestigio de McLaren, mientras que Senna en 1985 había sido contratado por Lotus y sus siguientes temporadas con la escudería inglesa fueron muy interesantes, siendo el único piloto que “hacía calor” a las dominantes McLaren y Williams. A continuación llegan los cambios: en 1987, Williams se apodera de la competición con Nelson Piquet ganando la temporada, seguido de su compañero de equipo Nigel Mansell. Senna finalizó tercero con su “modesto” Lotus, mientras los McLaren no tienen una temporada brillante, con Prost y el sueco Johansson por debajo de las expectativas. Para el siguiente año habría aún mayor renovación.

Los-cuatro-fantásticos

Senna, Prost, Mansell y Piquet. Qué foto hermosa, ¿diga?

En 1988, McLaren hace fuertes apuestas para monopolizar la categoría proveyéndose de los motores Honda que tuvieron tan buenos resultados en la temporada pasada en Williams y Lotus, pero sobretodo, contratando a la estrella emergente del automovilismo: Ayrton Senna. Junto con el bicampeón Prost, arrasaron con la temporada ganando 15 de los 16 Grandes Premios disputados, para hacerse con el título de constructores, prácticamente triplicando a quien quedó segundo (Ferrari) con 199 a 65.

La temporada de 1988 finalizó con el primer título de campeón mundial de Ayrton, quien lo consiguió por el sistema de “11 mejores resultados” y por sus ocho victorias (récord en ese momento), superaba a su compañero Prost, aunque este realmente cosechó más puntos. Hacia fin de año, Prost, quien había sido de la idea de llevar a Senna a McLaren, comenzó a sospechar que la casa Honda daba trato preferencial al brasileño, lo cual fue confirmado. Para el siguiente año, la relación se enfriaría dramáticamente.

FILE - In this Oct. 22, 1989 file photo, French McLaren-Honda driver Alain Prost is chased by Brazilian teammate Ayrton Senna during the Japanese Formula One Grand Prix at Suzuka Circuit in Suzuka, central Japan. Japanese car manufacturer Honda is returning to Formula One in 2015 as an engine supplier to the automaker's former partner McLaren of Britain, Honda President Takanobu Ito announced the decision at a press conference in Tokyo on Thursday, May 16, 2013. (AP Photo/Tsugufumi Matsumoto, File)

FILE – In this Oct. 22, 1989 file photo, French McLaren-Honda driver Alain Prost is chased by Brazilian teammate Ayrton Senna during the Japanese Formula One Grand Prix at Suzuka Circuit in Suzuka, central Japan. Japanese car manufacturer Honda is returning to Formula One in 2015 as an engine supplier to the automaker’s former partner McLaren of Britain, Honda President Takanobu Ito announced the decision at a press conference in Tokyo on Thursday, May 16, 2013. (AP Photo/Tsugufumi Matsumoto, File)

En 1989 hubo algo que no varió: el monopolio de McLaren con triunfos en la mayoría de carreras. En 3 en las que vencieron los Ferrari de Mansell y Berger y también tuvieron su oportunidad Boutsen y Nannini. En cambio, había una relación rota, los compañeros de equipo, Alain Prost y Ayrton Senna se habían vuelto agrios rivales y sus comunicaciones en dicha temporada fueron gélidas.

 Entre 1988 y 1989 se marcó una tendencia con Ayrton y fue la de arrasar con las pole position, lo que años más tarde le permitió ostentar el récord de las mismas. Sin embargo, en la temporada 1989 Senna tuvo varios extremos: ganó varias carreras, pero también tuvo muchos abandonos. Prost lo acusó reiteradamente de “conducir peligrosamente”, mientras cosechaba puntos meticulosamente, fiel a su estilo. En la penúltima carrera, en Suzuka – Japón, la batalla por el título fue ardua: Senna con la pole, Prost sobrepasándolo y ambos en inclemente lucha por el primer lugar. Faltando 7 vueltas, esta lucha determinó que los autos de ambos se enganchen, produciendo el abandono de Prost. Senna volvió a competencia y ganó la carrera, pero fue descalificado al haber evadido la chicane luego del incidente con Prost. Con dicha descalificación, quedó vía libre para que el francés obtenga su tercer título en la categoría, mientras Senna hablaba de conspiración de FIA. Este fue el último año en que ambos colosos del volante corrieron para la misma escudería.

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En 1990 Ferrari fichó a Prost quien junto con Nigel Mansell prometían formar un gran equipo, mientras que McLaren llevó al austríaco Gerhard Berger siendo un gran escudero y además, el McLaren Honda seguía siendo superior al Ferrari. A esa lucha de marcas se unió Williams que comenzó a usar motores Renault, dando protagonismo a sus pilotos, Patrese y Boutsen. La lucha por el título volvió a centrarse en Senna y Prost. Ayrton había logrado 6 victorias, mientras que Alain 5, antes de llegar a la competencia del Gran Premio de Japón que para ese entonces, se había vuelto escenario de la polémica. Debido a la orientación del circuito, Senna se quejaba del sitio de salida, pues la pole position en realidad tenía desventaja. El arranque fue furioso y solo un par de metros después, los autos de Senna (que estaba en la pole) y Prost (arrancaba segundo) se engancharon, quedando ambos fuera de competencia. Con ello, el título se decidió a favor del brasileño, siendo por segunda vez, campeón del mundo.

1991 coronó de nuevo a Senna como campeón del mundo, igualando a Prost en aquel momento en títulos y sumándose a otras leyendas del automovilismo en proclamarse “tricampeón”, como Jack Brabham, Jackie Stewart, Niki Lauda y Nelson Piquet. En esta temporada, el gran rival de Senna ya no fue Prost, sino Mansell, quien a bordo de un Williams muy adelantado tecnológicamente, le dio buena pelea al piloto paulista hasta que una vez más, el título se decidió en Suzuka en el cual, con gran trabajo de equipo junto a su compañero Berger, Senna pudo asegurar lo que a la postre sería el último título de su carrera.

Prost había sido despedido de Ferrari y el avance tecnológico de Williams había sido monstruoso, con lo que en 1992, Mansell ganó paseándose, estableciendo un nuevo récord de victorias (nueve) mientras Senna tuvo una temporada relativamente opaca. Mansell se retiró de la categoría, mientras que en 1993, Williams auspició el retorno de Prost quien también se coronó campeón con autoridad faltando dos Grandes Premios por correr. Ayrton Senna en su McLaren con motor Ford se ubicó segundo tras ganar los últimos circuitos de Japón y Australia, que serían los últimos triunfos de su vida. Prost anunció su retiro definitivo en esta temporada y vale la pena decir que su relación personal con Senna volvió a ser buena. El francés alcanzó los 4 títulos mundiales, cosa que pudo ser igualada y superada en el siglo XXI.

Williams apuntaba a seguir arrasando con los títulos y tras el retiro de Prost, contrató a Ayrton, aunque para 1994 la FIA había prohibido varias ayudas tecnológicas que hacían que el auto Williams sea “más terrícola”. Lastimosamente, Senna perdió la vida ese año en el circuito de San Marino, mientras que en ese año comenzó a erigirse otra leyenda: Michael Schumacher. La rivalidad entre Prost y Senna acabó de forma trágica, pero llena de honores. En uno de los gestos más inigualables del mundo del deporte, Alain Prost, el gran rival de Ayrton Senna fue uno de los encargados de llevar su féretro hasta su destino final, acaso una de las formas más sublimes de irse de este mundo: llevado por tu gran adversario de forma respetuosa.

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