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El deporte es malo para la salud…

Lesiones, adicciones, vejez comprometida, entre otros, son las secuelas que deja en el cuerpo la práctica de deportes en la juventud. No se dejen engañar, más allá de esos cuerpos torneados y bronceados caribeños, hacer deporte implica varios riesgos para nuestra salud e integridad física. Este artículo será más bien corto, quisiera tocar temas sobre cómo afecta el ejercicio a quienes lo realizan en la actualidad, como afectará en el futuro y como nos afecta a los demás, de alguna forma.

Hace tiempo hablando con un amigo emprendedor, me decía: “Si me diese el cerebro, estudiaría terapia física y rehabilitación. Ahí está el negocio. Con tanto crossfitero y corredor de maratón de ahora, ¿cómo crees que van a estar esos cuerpos, articulaciones y huesos al largo plazo?”. Esa es la verdadera carrera de resistencia, estudiar ahora para sacar réditos económicos después. “Tienes razón” le respondí.

Empecemos con un análisis actual de nuestro círculo más cercano: Todos tenemos a alguien que lastimosamente ha fallecido con alguna enfermedad, y todos tenemos un amigo crossfitero o corredor. Y lo sabemos porque es normal entrar a Facebook y encontrar las fotos del pre calentamiento, calentamiento, el trote o el gimnasio y luego tomando agua después del gimnasio. Talvez eso no es tan triste como las fotos de la ruta recorrida alrededor del parque, en el cual sudados y orgullosos nos dicen “Corrí 4 kms y quemé 200 calorías”. Ya hablaremos de eso más adelante.

Y bueno, vamos, la calidad de vida baja ostensiblemente el momento en que nuestro amigo con unas libras demás empieza a hacer ejercicio con regularidad: Deja de salir a comer con los amigos por la dieta o pide una ensalada en lugar de un papipollo, ya no bebe sino un vaso de whisky y eso si es que es pues ni hablar de una cerveza, porque el alcohol desacelera su metabolismo, o por último tienen la desfachatez de decir que no pueden acudir a una fiesta de cumpleaños o que se retiran temprano a sus aposentos cual vírgenes princesas, pues al día siguiente tienen que correr una 5k en favor de la Fundación de Policías Metropolitanos Insultados o cualquier causa perdida.

Dentro de los males que afectan a la sociedad, creo que el hacer algo por pura moda es lo más dañino que le puede pasar a un conglomerado humano. Hubo el tiempo en que todos comían sushi, hubo un tiempo en el que todos eran animalistas y estaban en contra de las corridas de toros y ahora, todos se ejercitan y vemos los resultados que esto nos ha dejado, pues ahora todos tenemos e-coli por el pescado crudo, ya no podemos beber en diciembre porque no hay fiesta brava en Quito… al menos y ya mencioné dos o tres consecuencias de llevar una vida donde el ejercicio y “cuidarse en la alimentación” son la base.

No es raro ver a un amigo con problemas para levantar un brazo por una lesión al hacer pesas en su hombro o con problemas de espalda por esa misma razón, y es que el crossfit ha sido criticado por expertos en terapia física, quienes señalan que la intensidad en la que se realizan los ejercicios puede ser perjudicial para el cuerpo, pues para poder terminar las series se las realiza en forma inadecuada lo cual provoca lesiones, muchas de ellas de consideración e irreversibles; incluso puede llegar a provocar problemas renales (Rabdomiólisis es una insuficiencia renal por rotura de fibras musculares por el esfuerzo físico exagerado) y que puede derivar en la muerte del individuo.

Recalco que no solo el crossfit tiene este tipo de inconvenientes, pues es sabido que las articulaciones sufren por las largas carreras de resistencia, sumada a la deshidratación de la que pueden ser víctimas sin un correcto asesoramiento, hacen que el correr todos los días sea considerado prácticamente como un suicidio por algunas personas.

Hemos hablado de las lesiones que pueden afectar en la actualidad a las personas, pero quisiera enfocarme en el tema con el que abrí el artículo: el futuro. No podemos simplemente esperar que tras abusar de nuestro hoy cuerpo mañana no nos traiga consecuencias. Es un error garrafal pensar que porque nuestras antepasados corrían para cazar una presa nosotros debemos hacer lo mismo y alimentarnos como ellos (busquen la dieta paleo y rían de esa lógica), por la simple razón que nuestros antepasados vivían 35 años, posiblemente porque desgastaban su cuerpo a tal punto que no lograban llegar a la ancianidad.

La tendencia mundial es vivir sobre los 65 años, dentro de treinta años tendremos a una tarea de jubilados que no pueden caminar por el desgaste óseo y el maltrato al cuerpo durante sus años mozos, las sillas de ruedas serán cada vez más comunes y las personas dedicadas a cuidar a los ancianos tendrán una gran demanda. Vamos a vivir en “The Walking Dead”. Nuestros jubilados serán adictos a los pain killers para poder vivir, pues su maltrecho cuerpo seguramente no podrá con el dolor del abuso al que fue sometido.

Finalmente, quiero cerrar con la parte psicológica del asunto. Y es que el deporte crea una adicción, pues uno al hacer ejercicio libera hormonas que hacen que uno sienta un bienestar, muchas veces falso. Si una persona hace deporte sus problemas no van a desaparecer por hacer primero el WOD o por correr un kilómetro en menos de cuatro minutos, pero momentáneamente se siente bien, lo cual es sin duda, una muestra de desbalance psicológico. ¿A dónde estamos yendo como sociedad si gran parte de nuestros miembros tienen placer físico por entrenar, y no por una relación sentimental o carnal con la persona a quien aman? Estamos convirtiéndonos en una sociedad individualista donde los récords personales valen más que el amor.

Quisiera cerrar con un mensaje para los deportistas: No se crean superiores a quienes no hacemos ejercicio. No crean que tienen el derecho de cerrar las calles para una ciclovía dominical, no piensen siquiera que alabamos que cierren media ciudad para una carrera por más iglesias nocturnas que puedan ver en el camino, y no esperen likes en sus posts de Facebook cuando van al gimnasio a destruir su cuerpo. Los apreciamos y no queremos que se lastimen ahora, y mucho menos en un futuro. Lo hacemos por sus hijos, esperamos que ustedes también paren por ellos.