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El 10 ochentero / noventero sudamericano

En estos tiempos están muy de moda referirse a estas maravillosas décadas del ya lejano siglo XX. Se refleja en los estilos de la ropa, en que los bares de moda sean de temática retro, que abunden las bandas de covers, que haya canales de televisión (pagada) dedicados exclusivamente a transmitir programas de hace más de veinte años y la lista sigue. Entonces: ¿por qué no acordarse de los héroes deportivos de aquellos tiempos?

Si algo no se ha portado muy cíclico que digamos en la cultura popular, es el fútbol. El tema es básico, hoy el “10 clásico” está en peligro de extinción, con módulos tácticos como el 4-2-3-1 o el 4-3-3, se exige de muchísima movilidad y de por lo menos, otras características que atañen principalmente a las condiciones atléticas de quienes alinean en esas líneas intermedias. En Sudamérica, a finales del siglo pasado, tuvimos algunos simbólicos representantes del dorsal 10 para recordar. Empezando por:

Diego Maradona

Maradona

Por el más grande entre los grandes. Aunque la polémica por ese título se puede desatar como fábricas de pirotécnicos clandestina. Diego Maradona sigue siendo el referente y anhelo del futbolista sudamericano. El organizador visionario capaz de sacar de la galera pases increíbles como el dirigido a Burruchaga en la final de México ’86 o el que fue a Caniggia contra Brasil en Italia ’90 y en “chulla pie” (para quienes nos lean del extranjero, “chulla” es un concepto largo de explicar, pero en este caso, quiere decir que andaba rengo).

Maradona era el conductor de balón por excelencia, al que había que caerle a piedrazos para quitarle el balón, pero también, tenía esa característica que se repitió en otros “10” del continente: el ser el referente anímico de su selección, ser el alma, símbolo, ser aquel jugador al que te remites, apenas suena su país. Que Diego no se le vaya a la gente de la mente por más maravillas que haga Messi por ejemplo, va más allá de la calidad como futbolista (donde “la pulga” capaz y lo superó), sino por ese factor espiritual y de liderazgo. El incuestionable capitán que llevó a su país a la gloria.

Zico

zico

Arthur Antunes Coimbra es tal vez, el fundador de esta zaga. Llevaba la «número 10» en un mediocampo extremadamente maravilloso como el de Brasil en el mundial 1982 y en donde ya había conductores superdotados técnicamente como Sócrates, Falcao o Toninho Cerezo. Zico fue la encarnación del «jogo bonito» el cual, prácticamente se extinguió pasado el Mundial 1986 para nunca más volver en la escuadra verde amarela, por más que volvió a ser campeona del mundo y no dejó de mostrar a grandes figuras del fútbol en otras posiciones y de forma más dispersa.

A Zico le quedó pendiente ganar títulos con su selección. En sentido estricto de justicia, al menos se consagró como el mejor del mundo a nivel de clubes con el fantástico Flamengo de 1981. Notable que a pesar de no haber sido campeón con la canarinha, su juego haya sido tan exquisito que sea venerado hasta la presente.

Enzo Francescoli

Nicolas Leoz(I),presidente de la Confederacion Sudamericana de Futbol observa al capitan de Uruguay Enzo Francescoli quien besa la Copa America el 23 de julio  de 1995 en el estadio Centenario de Montevideo. Uruguay se consagro campeon de la Copa America al vencer en definicion por penales 6-4 a Brasil.         AFP PHOTO/ALEJANDRO PAGNI

Nicolas Leoz(I),presidente de la Confederacion Sudamericana de Futbol observa al capitan de Uruguay Enzo Francescoli quien besa la Copa America el 23 de julio de 1995 en el estadio Centenario de Montevideo. Uruguay se consagro campeon de la Copa America al vencer en definicion por penales 6-4 a Brasil. AFP PHOTO/ALEJANDRO PAGNI

¿Qué tan buen futbolista habrás sido para que Zidane te idolatre y le ponga tu nombre a su hijo? Ese nomás es “el Enzo”. Un jugador sofisticado, con la precisión y elegancia necesarias para ser encumbrado en los altares de una de las hinchadas más jodidas exigentes del mundo como es la de River Plate. Fue el líder de unos momentos algo críticos para la selección uruguaya, que hacia finales del Siglo XX perdió el brillo que en algún momento le llevó a ser potencia futbolística mundial, sin embargo, encabezó esa última generación notable junto a los Sosa, Paz, De León, Ostolaza, Alzamendi, Aguilera, etc. que dieron a la celeste por lo menos títulos a nivel continental en 1987 y 1995.

Carlos Valderrama

Valderrama

“Mi juego está aquí”, mientras se señalaba a la sienes el actor que encarnó al “Pibe” en la teleserie colombiana “La Selección”. A Valderrama jamás se lo vio meter más allá de tercera velocidad mientras jugaba, pero sus pases eran demoledores y como ecuatorianos, los sufrimos múltiples ocasiones. Claro, estuvo siempre acompañado por extraordinarios atacantes capaces de estar a la altura física y técnicamente de la velocidad mental del Pibe: Asprilla, “Tren” Valencia, Aristizábal, “Pipa” De Ávila, Rincón, Iguarán en los ochenta, fueron parte de una notable generación colombiana que se paseó por el continente, a la que sólo se compara con la extraordinaria camada actual de la selección cafetera, que superó a la del Siglo XX en cuanto a resultados.

Icónico incluso con su “look”. Sin embargo, se puso advertir de la decadencia de su estilo de juego cuando en Estados Unidos ’94, los veloces rumanos y los voluntariosos gringos anularon a Valderrama y a una selección Colombia que quedó sorprendida y desactivada. Se venían cambios en la dinámica del fútbol.

Marco Antonio Etcheverry

Etcheverry

Se podría decir que el mejor futbolista boliviano de la historia. Encabezó a una maravillosa generación altiplánica con: Melgar, Sánchez, Borja, Sandy, y demás enormes jugadores que lograron la clasificación al mundial del 94. El “diablo”, como los anteriores “10” tenía un magnífico don para la conducción del balón y además, una temible pegada de media distancia, la cual se pudo sufrir o admirar acá en Ecuador cuando vistió la camiseta de Barcelona SC. Leyenda también en la MLS, tras su retiro y el de sus contemporáneos, la selección de Bolivia ha decaído notablemente y hoy por hoy es poco opcionada para una clasificación al mundial.

Álex Aguinaga

Aguinaga

A pesar de haber jugado de “8” en sus inicios en el Deportivo Quito y ser más un “7” en su época dorada del Necaxa mexicano, “El Alex” tuvo la responsabilidad de enfundarse la “10” de la tricolor ecuatoriana en los noventa especialmente, al ser ese jugador diferente y de exquisito dominio de balón, además de mucho gol. Jugador esencial y distintivo del Ecuador a finales del siglo pasado, muchas veces tuvo a sus espaldas demasiada responsabilidad y se era poco grato con esta gran figura cuando en aquellos tiempos, la costumbre de la tricolor era el fracaso.

Fútbol en Medio de la Vorágine

En estos últimos días la sociedad ecuatoriana se ha visto agitada por dos propuestas de ley impulsadas por el Gobierno Nacional que han producido malestar en buena parte de la población y que han dado pie a manifestaciones a favor y en contra de las políticas aplicadas por el Ejecutivo. Más allá de las consecuencias que pudieran generarse en el escenario político nacional, los acontecimientos de estos días -justo en medio de la participación (ya concluida) de la selección en la Copa América- nos traen el recuerdo de los prematuros finales que tuvieron los periodos de tres Presidentes de la República en un lapso de 8 años y nos permiten echar una mirada a lo que ocurría alrededor del fútbol ecuatoriano en los días en que se produjeron sus respectivas caídas.

1) Abdalá Bucaram Ortiz, febrero de 1997

De lejos el personaje político más excéntrico de las últimas décadas, Abdalá Bucaram llegó a la presidencia luego de dos intentos fallidos (1988 y 1992) tras derrotar en la segunda vuelta de las elecciones de 1996 al actual alcalde de Guayaquil Jaime Nebot. El gobierno de la fuerza de los pobres se fue consumiendo rápidamente por una vorágine de sucesos que quizá no ha tenido igual en el país, por lo que la presencia en Carondelet del líder roldosista previsiblemente tenía sus horas contadas casi desde el mismo momento de su ascensión al mando.

Una de sus más controvertidas decisiones fue convertirse en presidente de Barcelona Sporting Club tras la retirada de su antecesor Isidro Romero, al punto tal de ofrecer la presencia del astro argentino Diego Armando Maradona para que use la 10 en la Noche Amarilla a cambio del pago de un millón de dólares por su participación en la presentación del plantel torero. La situación social del país tuvo su momento más álgido en las llamadas «Jornadas de Febrero» que desembocaron en la destitución de Bucaram por el Congreso el 6 de febrero de 1997, el breve interregno de doña Rosalía Arteaga por un par de días y, finalmente, en el largo interinazgo presidencial de Fabián Alarcón.

En aquellos días la selección nacional dirigida por el colombiano Francisco Maturana estaba en plena disputa de las eliminatorias sudamericanas a la Copa del Mundo de Francia 1998. El 12 de febrero le tocaba recibir a Uruguay por la novena fecha en medio de todo el ambiente convulsionado que vivía el país que incluso puso en riesgo la realización del partido. Por fortuna para ese día, un miércoles posterior al feriado de Carnaval, las aguas se habían medianamente calmado y el encuentro se disputó en el Estadio Olímpico Atahualpa al mediodía ante una pobre concurrencia de público al escenario capitalino. Tras una dura derrota ante Bolivia el mes anterior, Pacho decidió hacer unos cambios en su alineación: reemplazó a Carlos Luis Morales por Johvani Ibarra (cuando todavía era Geovanny) y apostó por la dupla atacante del campeón El Nacional, Agustín Delgado y Kléber Chalá.

El partido dirigido por el referee argentino Javier Castrilli se saldó con una categórica victoria ecuatoriana por un tanteador de 4-0, la más abultada del historial y primera en eliminatorias ante Uruguay. Alex Aguinaga abrió la cuenta a los 6′, luego Agustín Delgado marcó un doblete a los 68′ y 76′, y Kléber Chalá cerró la goleada a los 87′. Fue un encuentro de un trámite muy favorable a Ecuador desde el arranque y sin mayores sobresaltos para el combinado tricolor ante una selección charrúa que terminó con tres expulsados en el segundo tiempo. Al final de las eliminatorias la Tri no pudo cumplir con la meta de clasificar a un mundial por vez primera, le tocaría esperar cuatro años más para conseguirlo.

2) Jamil Mahuad Witt, enero del 2000

El mes de enero suele ser uno de escasa actividad futbolera por estas latitudes; los clubes se encuentran en plena etapa de pretemporada y apenas hay un puñado de encuentros amistosos, o tan solo se cuenta con la participación de alguna selección juvenil en un sudamericano. Por otro lado la situación política del país en enero del 2000 andaba bastante movida: el gobierno de Jamil Mahuad, iniciado en agosto de 1998, concluyó abruptamente tras una escalada de rápida degradación de la economía que nos llevó a la adopción del dólar estadounidense como moneda nacional en sustitución del moribundo sucre. La movilización indígena apoyada por parte de la oficialidad militar provocó la caída del presidente el viernes 21 y la proclamación de un triunvirato en la noche del mismo día, para culminar a la mañana siguiente con la novedad de que Gustavo Noboa asumía la presidencia. Rock and roll a la ecuatoriana.

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Portada de Revista Vistazo. 20 de enero de 2000

El gobierno de Mahuad tuvo un andar turbulento. En medio de una de las tantas crisis que tuvo que enfrentar, la huelga general convocado el 5 de julio de 1999, se disputó la Copa América de Paraguay. Luis Chiriboga recién estaba al mando de la Federación y una de las banderas de su campaña fue la de “ecuatorianizar” la banca de la selección. Carlos Sevilla fue nombrado DT de la selección y su campaña en Copa América fue desastrosa (algo a lo que lastimosamente nos estamos acostumbrados). Con cero puntos y tan solo el tenue brillo de los goles de Iván Kaviedes en las derrotas ante Argentina y Uruguay, se decidió dar marcha atrás al “proyecto ecuatoriano” y apostar por la línea colombiana que duró hasta 2014, con resultados en su mayor parte satisfactorios.

Se contrató a Hernán Darío Gómez para dirigir a la selección en reemplazo de Carlos Sevilla tras la pobre Copa América del año anterior y, como parte de la preparación al arranque de las eliminatorias al mundial 2002, se disputó un amistoso el 27 de enero en Tegucigalpa ante Honduras que concluyó en empate a 1. En lo que respecta a clubes, el torneo local estaba por arrancar el fin de semana del 12 y 13 de febrero, mientras que a nivel internacional Liga de Quito, El Nacional y Emelec debutarían en el mismo mes por Copa Libertadores, la primera vez en que el país contaría con 3 representantes en el principal torneo continental.

3) Lucio Gutiérrez Borbúa, abril del 2005

El coronel Gutiérrez saltó a la escena pública ecuatoriana en la rebelión del 21 de enero del 2000 que defenestró a Jamil Mahuad. Arrestado por golpista y luego amnistiado por el Congreso, Gutiérrez organizó su movimiento Sociedad Patriótica con el cual venció en las elecciones presidenciales del 2002. Su mandato se empezó a deteriorar con la destitución de la Corte Suprema de Justicia y el nombramiento de nuevos jueces el 8 de diciembre del 2004, para alcanzar su cénit con los regresos al país de Abdalá Bucaram, Gustavo Noboa y Alberto Dahik en abril del 2005 que desembocó en la «Rebelión de los Forajidos» y su abandono del cargo decretado por el Congreso el miércoles 20 de abril nombrando a Alfredo Palacio como su sucesor.

En aquel 2005 se implementó por única vez la disputa de dos campeonatos en una misma temporada. El fin de semana anterior a la caída del gobierno se había realizado la novena fecha del Apertura y la tabla estaba liderada por Liga de Quito que finalmente sería el campeón del primer semestre, mientras que el goleador era Otilino Tenorio quien en esa fecha había marcado un hat-trick a Emelec los cuales fueron, lamentablemente, sus últimos goles antes de su trágico fallecimiento semanas después. En lo internacional Deportivo Cuenca, Olmedo y Liga participaban en la fase de grupos de Copa Libertadores y de hecho el martes 19 de abril el Ciclón riobambeño venció de local al Junior de Barranquilla por 3-1.

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Otilino festejando sus últimos goles.

Por su parte la selección estaba al mando de Luis Fernando Suárez quien sucedió al Bolillo Gómez después de la (una vez más) decepcionante Copa América del año anterior y estaba encaminada hacia su segunda clasificación a un mundial tras derrotar en marzo a Paraguay por 5-2 y empatar en Lima ante Perú por 2-2. Como anécdota queda por destacar que en aquellos días el técnico colombiano convocó al goleador de la Sub-17, Felipe Caicedo, para un amistoso ante Paraguay a disputarse el 4 de mayo en New Jersey. (1)

(1) http://www.eluniverso.com/2005/04/20/0001/8/2A77284F5CA44A42AB4AF07E44BE51DD.html

Gerardo Garnica

@GerardoGarnica