El cielo rocker tiene un nuevo vecino

Tarde en la noche del 3 de diciembre, al menos de este lado del charco, nos íbamos enterando de la lamentable noticia del fallecimiento de Scott Weiland, uno de los cantantes símbolo de lo que fue el sonido de los 90, aquello que se llamaba “rock alternativo” que de todas formas, en esos años terminó siendo el “mainstream”. Un talento inconfundible pero a la vez, un desenlace que se podía esperar para esta estrella.

Scott Richard Kline, su nombre original, nacido en California, saltó a la fama como vocalista de Stone Temple Pilots, quienes debutaron en la escena con el sensacional álbum “Core” de 1992. Weiland se caracterizó por una poderosa voz que imprimía su particular sello en temas como “Plush”, “Sex Type Thing” o “Crackerman”. Eran los tiempos del rock de los gruñidos que marcaban el dramático cambio en las preferencias de los jóvenes que hizo dar a la historia del género un dramático giro a inicios de los noventa. Aunque los STP supieron distinguirse y evolucionar en cuanto a su música para transitar una senda distinta de lo que se denominó “grunge”.

Weiland no solo era un magnífico cantante, sino un “frontman” incomparable. Como alguna vez dijo el periodista chileno, Alfredo Lewin, Scott era “el mejor bailarín del rock alternativo”. Con un ritmo sorprendentemente hipnótico, era un foco indudable de atención y un adicional a las presentaciones de las bandas que conformó. En el modesto video de “Big Bang Baby” del año 1996, su incesante baile opaca la escasa producción del mismo, tal vez la intención era esa.

 

Un “rock star” por excelencia y con una vida tumultuosa. Conocido por su abuso de drogas, aunque el mismo en una entrevista pocos meses antes de su muerte supo decir que no las consumía desde hace 13 años. Arrestos por posesión de drogas y por violencia doméstica hicieron de Weiland un cliente fijo de la justicia y el escándalo. Algo de sus problemas sin duda quedan expresados en el video de “Fall To Pieces”, la power ballad del primer disco de Velvet Revolver: Contraband

 

El trabajo de Scott ha sido principalmente reconocido con Stone Temple Pilots. Su banda primigenia con la que siempre tuvo idas y retornos, romances y conflictos. También la “super banda” Velvet Revolver, que lo juntó con estrellas como los ex Guns N’ Roses Slash, Duff McKagan y Matt Sorum, aunque dicho por el mismo, las razones fueron más comerciales que artísticas. Además hizo trabajos en solitario y se vinculó con actos como “The Magnificent Bastards”, “Art of Anarchy” y los “Wildabaouts” con los que se encontraba de gira hasta el momento de su deceso.

Escandaloso e imán de atención. Nos dejó un perfecto estereotipo del rock and roll, de esos a los que se les celebra cada metida de pata y se paga por ver sus shows en vivo. Quienes disfrutamos de la música de los noventa y de inicios de Siglo XXI nos quedamos con una colección de sensacionales temas para sentirlos, revivirlos, pasar buenos momentos y soportar los amargos.

 

Well I’m Half The Man I Used To Be …

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