La Sucesión del Número Uno

Era una de las incógnitas a resolverse en la final de Qatar 2022. Por un lado estaba Argentina encabezada por la leyenda más que consagrada y conocida como Lionel Messi, ostentando un título intangible de “mejor jugador del mundo”, no de X o Y temporada o X o Y torneo. Simplemente es el titulado por todos como “el mejor”, ya sea por sus dotes técnicos que ha todos los que gustamos del fútbol nos ha hecho ponernos de pie a aplaudir, ya sea por la descomunal cantidad de trofeos que ha ganado.

Hay quienes han sostenido que ese título lo ha discutido e incluso pulseado a su favor el portugués Cristiano Ronaldo, idea promocionada principalmente por afines a Real Madrid, quienes han tenido a CR7 como su campeón en tiempos en que sufrieron el ser opacados por el FC Barcelona de “La Pulga” y bueno: Iniesta, Xavi, Puyol, el DT Pep Guardiola y un largo etc. Desde acá afirmamos que el desbordante espíritu competitivo de “El Bicho” lo forzó a buscar la mejor versión posible de él mismo, para así alcanzar a competirle a Lionel, y se podría decir que en algunos tramos lo consiguió, sin embargo, no sería apropiado creer que algún momento lo desbancó como el “Rey vigente del fútbol”. Sin embargo, esa misma fiereza competitiva de Cristiano hizo que Messi también se fuerce a buscar su mejor versión, alargar su reinado y alcanzar un clímax de rendimiento y virtuosismo en Qatar 2022.

Pero volviendo al momento de la final del Mundial, había una especie de paralelismo con el boxeo: el monarca vigente y experimentado, quien era Messi, contra el joven retador, que era Kylian Mbappé. Resultaba paradójico, pues la verdad era que el trofeo de Copa del Mundo lo ostentaban los franceses y de hecho los retadores eran los argentinos, al ser este un deporte colectivo, pero se sabía implícitamente que estaba en juego otra corona. Si la Francia de Mbappé ganaba la Copa, Kylian destronaba a Lío como el número 1… ¿o no? Difícil vencer a quien no solo es el número uno vigente, sino también, nominado a mejor de la historia.

Era una pregunta que merodeaba a los futboleros, en especial a esa raza amante de la historia. Y podemos empezarnos a situar en una línea temporal de mejores jugadores del mundo y las sucesiones fruto de eventos específicos y en otras ocasiones, por el propio peso de las campañas. Podemos decir que a mediados de los años 1950s el número uno del mundo era el húngaro Ferenc Puskas, que hacia finales de esa misma década ese sitio lo pasó a ocupar Alfredo Di Stéfano liderando al Real Madrid que conseguía un título europeo tras otro. La fuerza de las Copas del Mundo y la leyenda que se erigía en el club Santos de Brasil daban ya entrados los años 1960s el título de “mejor jugador del mundo” a Pelé, quien mantendría esa condición durante toda esa década, además de plantear un título aún más ambicioso, el de “el mejor de toda la historia”, por su despliegue físico y técnico que décadas después aún asombran.

Pele Santos

A partir de los años 1970s podemos definir hechos clave que determinan sucesiones como “rey del fútbol”. Pelé deja su título vacante una vez que se retira de la selección brasileña y más tarde emigra a la naciente liga norteamericana. Entonces el sitial lo va tomando Johan Cruyff, encabezando al Ajax tricampeón de Europa y no solo eso, sino una revolución de los conceptos del fútbol surgida en los Países Bajos. Cruyff dominaría el balompié setentero, pero dejaría el trono, más bien “abdicaría” al renunciar participar del Mundial de Argentina 1978. Finalizado el torneo, tendríamos unos tiempos sin un rey claro. ¿Acaso lo era Mario Kempes?, indiscutible figura de dicho mundial, pero también a finales de los años 70s surgía la figura del francés Michel Platini, entrando los 1980s también hacía su aparición la magia de Zico y el atildado Flamengo y desde luego, también entró en la pulseada un muy joven Diego Maradona.

El trono no quedaba claro, pero digamos que Platini confirmó en el verano de 1984, cuando condujo a Francia al título de la Eurocopa y ratificaría mientras de sus pies la Juventus logró el título europeo e intercontinental. Arribamos a 1986, específicamente a las semifinales del Mundial de México con los mejores jugadores del momento peleando por ese título y obviamente ayudando a sus selecciones a buscar la corona. Con la derrota de Francia ante Alemania, Platini sale del trono y con una actuación soberbia y descomunal se lo ciñe Diego Maradona con el triunfo de Bélgica, mayormente inspiración suya. El argentino “confirmó servicio” cuando su selección se coronó campeona del mundo.

Maradona 86

Las inigualables condiciones técnicas de Dieguito lo metieron a la conversación de “mejor de la historia” y es que su destreza fue capaz de conmover hasta a sus acérrimos rivales. Sin embargo, siendo objetivos, su reinado fue relativamente corto, pues lo va perdiendo entrando los años 1990s mientras Argentina cae en la final del mundial de Italia a manos de Alemania y su posterior caída en desgracia por sus adicciones y demás. Tal vez ese título del mejor del mundo se lo apropia Lothar Matthaus, pero de nuevo caímos en una incógnita de sucesión en la que intervienen jugadores como Marco Van Basten o Roberto Baggio inclinándose hacia 1993 ese título para italiano ante las continuas lesiones del neerlandés y la salida del alemán de la todopoderosa liga italiana noventera, de la cual Baggio era el dominador como figura de la Juventus. Pero “Il divino” tenía el reto de confirmar su condición en el Mundial de Estados Unidos 1994.

Italia llegó a la final del mundial norteamericano de los pies enteros de Baggio y enfrentaba a otra selección poderosa como Brasil, con otro futbolista aspirante al título de número uno como Romario, quien había perdido una final europea con el FC Barcelona, y esta disputa podía decidir si continuar con el rey italiano o erigir uno nuevo que fue “o baixinho”, quien había acertado su penal en la tanda de definición del campeonato, mientras que cruelmente “Roby” falló el suyo. Los 90 sería una década de reinados efímeros. Era difícil seguir pensando que el astro brasileño siguiera en la cima del mundo cuando a mediados de esa década regresó a la liga de su país. En 1996 el mundo se rendía a los pies de un muy joven Ronaldo Nazario de Lima.

Zidane

Entre 1996 y 1998, “O Fenomeno” asombró a todos con su potente regate y la infinidad de goles que marcaba con el FC Barcelona y llegaba al mundial de Francia para ratificar su condición de mejor futbolista del momento. Tuvo un rendimiento notable, pero una desafortunada intervención en la final, donde lució quien era su rival en la cima: Zinedine Zidane, quien con sus 2 goles llevó a Francia a su primera conquista mundial y a establecer un reinado más prolongado. A pesar de su triste mundial 2002 y por contrario, copa fabulosa para “Ronie”, “Zizou” sin duda fue el futbolista con mayor influencia en el cambio de siglo y lo confirmó su paso al Real Madrid donde fue el principal artífice para la recuperación de laureles europeos del conjunto merengue. Del lado del astro brasileño, las lesiones lo perjudicaron mucho como para competir por ese lugar.

Llegamos al 2006 y Zidane había anunciado su retiro de las canchas pase lo que pase en el Mundial alemán. Obviamente perdió su corona cuando su selección cayó en la final ante Italia, pero quizás el momento simbólico de este hecho fue el infame cabezazo a Materazzi. Los siguientes años tendrían también una sucesión confusa. ¿Quién tomaba el sitio del astro francés? ¿Quizás Ronaldinho que hacía malabares a diestra y siniestra y ayudó al título continental del Barça?, ¿quizás Kaká que tuvo un 2007 fenomenal?, ya aparecía la figura de Cristiano Ronaldo en Manchester United y también la de un joven argentino prodigioso: Lionel Messi.

Hacia finales de la década de los 2000s no había un dominador claro del fútbol mundial, pero desde el punto de vista de este escrito, Messi se ciñe la corona de “futbolista número uno del mundo” en mayo de 2009 con su icónico cabezazo con el que aportó a la victoria del FC Barcelona sobre Manchester United en la final de Champions League, justamente sobre el otro aspirante: Cristiano, quien era la figura del Manchester.

 Y toda esta historia nos lleva a este momento. Un reinado prolongandísimo de “la pulga”, serían 13 años y contando, siendo discutido porque no se consagraba con su selección o por temporadas en las que por ejemplo Cristiano Ronaldo se llevó el Balón de Oro. Pero queda claro que es el futbolista más influyente de todos estos años y que la Copa del Mundo con su selección era el objetivo final de una carrera más que brillante. En la final ciertamente estuvo ese puesto en juego ante un trepidante y ambicioso Mbappé, quien sin duda será su sucesor si así siguen las cosas. El momento en el que suceda eso está pendiente, pues en 2023 será difícil encontrar un momento cumbre en el que pueda pasar esto, ya que de hecho, Messi y Mbappé son compañeros en un mismo equipo. Pero también es seguro que ni Messi ni nadie será capaz de gambetear por siempre al implacable tiempo.

 ¿Será que en el caso de Mbappé, vaya a tener un gran rival, candidato Erling Haaland? Eso ya lo veremos.

1 comentario
  1. Christian Cuesta
    Christian Cuesta Dice:

    Excelente reseña Eddy, siempre será un asunto de gustos determinar quién fue el mejor de todos los tiempos, pero por su larga vigencia en los primeros puestos por más de 13 años y sigue contando, creo que Lionel Messi es sin duda el mejor hasta ahora

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