Canciones de las gradas (parte 1)

Vamos a inaugurar esta sección con un tema que seguramente todos lo cantaron aunque sea en torneos intercolegiales. Tal vez su melodía es muy famosa a nivel mundial, pero no muchos deben acordarse de donde proviene. A menos que sea un enfermo melómano ochentero.

Si usted por ejemplo, es hincha del Deportivo Quito y frecuenta la preferencia del Atahualpa, debe haber cantado: “¡oh!, Quito corazón… corazón, corazón, Quito corazón…” y debe haber escuchado una entonación similar en barras de rivales o en el fútbol internacional. Entonces, va a reconocer al paso la canción de la que vamos a hablar en esta ocasión.

“Pop Goes The World” es un tema de la agrupación canadiense de pop de sintetizadores “Men Without Hats”, que formó parte del disco homónimo de la canción (o sea, también se llama “Pop Goes The World”) y se publicó en 1987, siendo éste, el primer corte con el que se promocionó dicho disco. Terminaría siendo el tema más popular de aquel álbum.

Efectivamente, la melodía de este tema es utilizado a nivel mundial por barras como la de River Plate de Argentina (oh, vamos River Plate…) Lo usan también Inter de Porto Alegre, Yokohama Marinos, media Europa, etc. Seguramente usted lo cantó, pero la idea de la canción original es remota, así que ahí le va el inserto de You Tube

El cantante tiene una onda muy «Rubén Insúa», ¿no? 😀

La onda, tanto del disco como de la canción, es bastante infantil y lúdica, con mucho uso de samplers y sintetizadores que en los años 80 estaban tan de moda. La temática de las letras es la historia ficticia de “Jenny” y “Johnny” y su ascenso a la fama con una banda musical de pop. Tal vez sería el último hit mundial de este grupo (alcanzó el número 1 en las listas de Austria), mientras que la popularidad de los “Men Without Hats” se fue cayendo a finales de los 80. Su tema más famoso es el bastante difundido “Safety Dance”.

Tal vez los “hombres sin sombrero” como diría el chiste de Los Simpson ahora sean “hombres sin empleo”, pero casi sin querer, contribuyeron a la cultura futbolera y al menos, debe ser recordado este tema en su versión original por un mínimo acto de gratitud.

Liga sin invicto, Emelec aún con vida en el torneo ecuatoriano

Emelec derrotó 1-0 a Liga Deportiva Universitaria en juego postergado disputado por la fecha 18 del torneo ecuatoriano de primera división, en el George Capwell de Guayaquil.

Liga sorprendió con una línea de tres nada habitual en la temporada 2015 en cuanto a defensa. Los eléctricos en cambio, no contaron con varios de sus seleccionados nacionales, lo que viene experimentando desde el reinicio del torneo tras el receso de la Copa América. La idea en la “U” era clara: buscar ese punto que le permita quedarse con la etapa.

El arranque del partido entonces, fue cortado, pero dicha propuesta sorprendentemente, era de los eléctricos, hasta que trataron de buscar abrir el partido por el costado izquierdo con incursiones de Giménez especialmente, cuyas corridas y centros trataban de ser capturados por los atacantes azules. Cuando se buscaba el centro, generalmente triunfaban los defensas de Liga en el anticipo.

Tras la insistencia por el costado izquierdo del local, Quinteros tuvo que aplicarse en la marca, en consecuencia de su trabajo, fue amonestado tras una fuerte falta. Bajo esta condición, Emelec siguió insistiendo por ese costado y a veces, se animaba el juvenil Rodríguez por derecha, siendo más peligroso el bombillo en los momentos en los que tocaba a ras de piso, por arriba era muy difícil conectarse con sus delanteros.

Pasado el minuto 35, Liga comenzó a animarse cuando su medio sector robó constantemente balones al local para que Cevallos y Matamoros causen estragos en el borde del área, más el apoyo por los costados de Quinteros y Estupiñán que dejaban de lado sus labores defensivas. Para los minutos finales por lo menos, mantuvieron lejos de su arco al bombillo.

Para el segundo tiempo, el local ingresó a la cancha a Burbano y un par de minutos después a Ángel Mena, quien volvía a la actividad tras pasar lesionado más de un mes. El objetivo era darle más ideas al ataque millonario que lucía incipiente en los minutos finales del primer tiempo e inicios del segundo. Los cambios tardaron en surtir efecto.

Promediando el minuto 65, Emelec tenía encerrado a Liga en su área, siendo muy solvente la labor de los zagueros universitarios y también, algo ayudaba la fortuna con remates a los postes y desviados por parte de la gente de azul.

Pasaban los minutos y Liga llegaba a un juego cada vez más hermético y pocas veces se atrevía a contragolpear e incluso, fue preferible ingresar a un volante de primera línea como Intriago, en tanto que a Emelec se le acababa la paciencia y la figura de Domínguez en el arco crecía. Parecía que la “U” se llevaba el punto y la etapa, pero Fernando Pinillo (92+ min.) de cabeza, anotó el agónico gol tras centro por derecha de Burbano.

Emelec necesita vencer en sus dos juegos restantes y esperar que Liga pierda frente a Nacional para ganar la etapa. A la “U”, con un empate antes los criollos, le bastará para el mismo objetivo.

EME: Esteban Dreer; John Narváez (TA 46’), Jorge Guagua, Fernando Pinillo (TA 92+’), Oscar Bagüí; Pedro Quiñónez, Henry León (Mauro Fernández 72’), Raúl Rodríguez (Robert Burbano C. 45’), Fernando Giménez; Marco Mondaini (Ángel Mena 57’), Luis Escalada
Goles: Pinillo 92+’
LDU: Alexander Domínguez; Luis Cangá, Norberto Araujo, Luis Romero; José Quinteros (TA 23’), Fernando Hidalgo, José Cevallos (TA 88’), Pervis Estupiñán; Diego Morales (Jéfferson Intriago 82’) (TA 89’), Hólger Matamoros (TA 72’) (Miller Castillo 72’); Narciso Mina (Michael J. Quiñónez 65’)

Liga sigue puntero e invicto a falta de una fecha

Liga Deportiva Universitaria derrotó 1-0 a Aucas en juego disputado en Ponciano por la fecha 21 de la Copa Pílsener.

Los primeros minutos tuvieron más activo al cuadro oriental en cuanto al ataque. Las insinuaciones de Padilla, buscando a Marcarié y Villacrés, eran la tónica del inicio de juego, mientras a los albos les costaba salir del asedio.

Hacia el minuto 20, Liga buscaba responder al inicial asedio de Aucas y en los pies de Cevallos se gestaban las jugadas que pocas veces pasaban cerca del arco o llegaban siquiera, a los pies del delantero Mina. En el otra área, el cuadro “indio” era más peligroso por el costado derecho y generalmente, con el control de balón.

Pasado el minuto 30 y a pesar que gente como Morales no tenía un buen juego, era Liga quien ponía más peligro en el arco rival, aunque con contragolpes y apelando a intentos individuales de Cevallos o Matamoros. Mina aparecía esporádicamente y Aucas tenía a Salaberry muy atento. Aucas había aflojado su presión y casi al final del primer tiempo, José Quinteros (44 min.) inauguró el marcador para los albos, empujando el balón tras dos rebotes del portero Blázquez.

El volver a la cancha con ventaja planteó un panorama cómodo al equipo universitario. El gol “soltó” al choclo Quintero y la “U”, llegaba bien por los costados ya que por izquierda Matamoros causaba estragos, aunque cuando se querían culminar las jugadas en el centro del área, estaban listos los zagueros orientales.

Liga trató de refrescar líneas en su sector ofensivo buscando aumetnar el marcador, pero poco pudieron hacer Uchuari y Congo, frente a un cuadro «indio» que siguió presionando desde medio sector para llegar como un bloque sólido al arco de Viteri y buscar el tanto del empate. Lastimosamente para sus intereses, este juego se diluía al pisar el área. A Padilla y compañía, se les acabó el combustible.

El final del juego fue poco atractivo y conveniente para la «U», pues con un rival cuyas ideas se acabaron, manejaron a placer el ritmo del aprtido hasta esperar el pitazo final que indicó que siguen punteros e invictos.

LDU: Daniel Viteri; José Madrid (TA 10’), Norberto Araujo, Luis Romero, Pervis Estupiñán; Fernando Hidalgo, José Cevallos E.; José Quintero, Diego Morales (Jéfferson Intriago 88′), Hólger Matamoros (TA 1′) (Jonny Uchuari 70’); Narciso Mina (Luis Congo 76’)
Goles: Quinteros 44’
AUC: Sebastián Blázquez; Darwin Suárez (Angel Ledesma 79′), Santiago Mallitasig (TA 18’), Horacio Salaberry, Miguel Ibarra (TA 76’); Nelson Lara (TA 33’) (Omar Pilataxi 63′) (TA 69′), Cristian Hurtado, Jairo Padilla, Omar Andrade (Nea Padilla 72’); Juan Marcarié, Juan C. Villacrés

¡Chile Campeón de América!

Chile consiguió su primera Copa América en esta edición disputada en su país. La final terminó en tiempo reglamentario más alargues 0-0 en el juego contra Argentina disputado en el Nacional de Santiago. La igualdad llevó al encuentro a definirse en penales, en los que la selección de camiseta roja venció 4-1

Un comienzo tenso, sin claro dominador tuvo el juego que inició con la impresionante carga emocional de la ceremonia de himnos. Cerca del minuto 10, el local imponía su presencia subiendo en bloque, tanto los laterales Isla y Beausejour, como Aránguiz y Díaz, buscando conexión con los delanteros y dando algo de trabajo al portero argentino Romero.

La presión chilena del primer cuarto de hora hacía difícil que el mediocampo albiceleste se ordene. Era buena la labor de Demichelis y Otamendi para evitar que Sánchez y Vargas queden frente al arco. Promediando el minuto 20, Messi pudo tener más tiempo el balón para juntarse con Agüero y liberar la presión inicial de la roja.

En el minuto 28, Agüero cabeceando solo, perdió la oportunidad de marcar ante una brillante atajada de Bravo. Chile tenía el balón, pero la marcación en el borde de área argentino era muy eficiente. Chile se empezó a desordenar en medio campo y Mascherano con Messi, que bajaba unos metros, superaban en presencia a Aránguiz y Díaz, con lo que Argentina pudo avanzar más de cara al arco.

Los últimos minutos del primer tiempo fueron muy recios, bastante pierna fuerte, en especial del lado argentino y mucho nervios en un primer tiempo dominado por las ganas, el orden táctico y la tensión, aunque también por qué no decirlo, de buen fútbol.

Chile volvió a presionar a fondo en el inicio del segundo tiempo. Lucieron Valdivia y Aránguiz más solidarios con la marca y del lado argentino, era cada vez más improductiva la labor de Agüero mientras intentaban la contra, pues la escuadra araucana lo iba llevando más a su área. Otamendi mantuvo un gran nivel anticipando las jugadas de ataque del anfitrión.

Argentina tenía problemas en la media cancha, Isla superaba constantemente en la banda a Rojo y Biglia tenía una participación pobre. Del lado local, Vidal no tenía su mejor partido y el ataque se concentraba en los laterales buscando a Alexis que tenía que retroceder bastante, mientras Vargas entraba poco en acción.

Argentina trató de volver al control de medio sector con Banega y el juego se puso más cortado, siendo los minutos finales, lo mejor de Argentina incluyendo llegadas de Higuaín, quien entró en el ataque para sumar fuerza en el área y cerca del final del tiempo reglamentario, perdió una clara opción de gol casi frente al arco, tras pase de Lavezzi.

Argentina lució más sobrio en el primer suplementario, con posesión de balón especialmente. Ya se evidenciaban estragos físicos en buena parte del seleccionado chileno y en Lavezzi por parte de Argentina. Sánchez perdió solo cerca del final de este tramo, la posibilidad de anotar el tanto del triunfo.

En el segundo suplementario el rigor del juego pasó factura a Messi, Mascherano y Aránguiz. Se jugó un ida y vuelta comprensiblemente desprolijo por el desgaste físico, lo que eso sí, le daba más nervio al partido. Se fue entonces, el juego a la tanda de penales.

Alexis penal

Ya en la ronda de lanzamientos penales, Higuaín y Banega perdieron su oportunidad, mientras que todos las ejecuciones chilenas fueron acertadas, llevándose el título de América

CHI: Claudio Bravo; Mauricio Isla, Gary Medel (TA 33’), Francisco Silva (TA 23’), Jean Beausejour; Charles Aránguiz (TA 86’), Marcelo Díaz (TA 43’), Arturo Vidal; Jorge Valdivia (Matías Fernández 74’); Alexis Sánchez, Eduardo Vargas (Angelo Henríquez 94´)
ARG: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo (TA 54’); Lucas Biglia, Javier Mascherano (TA 55’), Javier Pastore (Ever Banega 80’) (TA 91’); Lionel Messi, Sergio Agüero (Gonzalo Higuaín 74’), Ángel Di María (Ezequiel Lavezzi 28’)

Penales Chile.- Convirtieron: Fernández, Vidal, Aránguiz, Sánchez
Penales Argentina.- Convirtió: Messi. Desviado: Higuaín. Atajado: Banega

Calificaciones Chile:
Bravo 8
Isla 8
Medel 7
Silva 7
Beausejour 6
Aránguiz 7
Díaz 7
Vidal 5
Valdivia 6
Sánchez 6
Vargas 5
Fernández 6
Henríquez –

Calificaciones Argentina:

Romero 7
Zabaleta 7
Demichelis 7
Otamendi 8
Rojo 5
Biglia 5
Mascherano 7
Pastore 7
Messi 6
Agüero 5
Di María –
Lavezzi 6
Higuaín 5
Banega 6

Perú «alcanzó el bronce» en Copa América

Perú derrotó 2-0 a Paraguay en juego disputado en Concepción por el tercer puesto de la Copa América 2015.

Un partido que arrancó con poco ritmo, siempre con el cuadro peruano manejando mejor el balón e intentando con remates de media distancia, llegar al arco guaraní. De todas formas los primeros 20 minutos no tuvieron emociones mayormente relevantes.

Mientras tanto, Paraguay buscaba hacer daño con las subidas de Samudio por izquierda aunque en verdad, estuvo lejos de causar preocupación en el arco peruano. Yordi Reyna y Cueva buscaban juntarse con Carrillo y Guerrero, mas normalmente, se encontraron con una defensa rival bien ubicada. No fue un primer tiempo con mucho espectáculo

Apenas iniciado el segundo tiempo. Perú abrió el marcador con un remate rasante de André Carrillo (47 min.) quien aprovechó el desconcierto generado en área paraguaya por una serie de rebotes fruto de un córner. El gol asentó al cuadro de Gareca y puso mayor peligro en el área de la “albirroja”.

Ramón Díaz advirtió la arremetida peruana e hizo varios cambios en el mediocampo que surtieron efecto y pasado el minuto 65, el juego se volvió de ida y vuelta. De hecho, un par de minutos después, eran los guaraníes quienes arrinconaban a su rival en el área, procurando el empate. Las salidas de Perú eran escasas hasta el minuto 80.

Perú en los minutos finales se fue haciendo más peligroso y llegó el segundo tanto cuando Paolo Guerrero (88 min.) anotó luego de gran corrida y pase de Carrillo. La selección peruana consiguió el tercer puesto de la competición, al igual que la edición de 2011.

tomada de www.rpp.com.pe

tomada de www.rpp.com.pe

PAR: Justo Villar; Marcos Cáceres, Paulo Da Silva, Pablo Aguilar, Miguel Samudio (TA 37’); Víctor Cáceres (Lorenazo Aranda 58’), Osvaldo Martínez (Edgar Benítez 56’), Néstor Ortigoza (Richard Ortiz 63’), Raúl Bobadilla; Lucas Barrios, Oscar Romero
PER: Pedro Gallese; Luis Advíncula; Carlos Ascues, Cristian Ramos, Juan Vargas; Carlos Lobatón (Yoshimar Yotún 57’) (TA 84’), Josepmir Ballón, Cristian Cueva, Yordi Reyna (Joel Sánchez 83’) (TA 87’); Paolo Guerrero, André Carrillo (Paolo Hurtado 89’)
Goles: Carrillo 47’ Guerrero 88’

Ecuador y su acostumbrado fracaso en Copa América

Los números no son nada favorables en cuanto a participaciones en el torneo de futbol más antiguo del planeta, hablamos de la Copa América, un torneo que esta próximo a cumplir 100 años de existencia y donde Ecuador hasta su edición número 44, solo ha logrado alcanzar un cuarto lugar donde fue sede en 1993. Desde 1995 hasta la última y reciente edición, la tricolor tan solo ha podido superar la fase de grupos una vez.

Podemos enumerar muchos factores del porque Ecuador no ha logrado romper esa barrera y ser protagonista en este torneo. Empecemos por la temprana dirección del Prof. Gustavo Quinteros quien tomó esta selección a tan solo 4 meses de inicio de la Copa América y esto implica la falta de un proceso que pasa factura. Aunque por ahí si vemos lo de Gareca y Perú, este argumento quedaría sin piso.

Tener al único referente de nuestro futbol como Antonio Valencia, ausente en este campeonato por recuperación de una antigua lesión, sin duda afectó. Es increíble que a pesar de eso, sea cuestionado por un sector de la hinchada por una supuesta falta de compromiso con el seleccionado ecuatoriano. Es un desacierto juzgar de esa manera al único jugador de estos tiempos que ha escalado con mérito propio, y ha logrado consolidarse como protagonista en un equipo de los más importantes como el Manchester United. Así algunos se dan el lujo de minimizar su contribución a la selección, inadmisible.

Dicho esto, se necesita un proceso que debe iniciarse con nuevas estructuras, partiendo desde lo más alto en la FEF, pues manteniendo ideas caducas para lo que el futbol moderno de hoy necesita, es difícil proyectar un panorama favorable en nuestro futbol. Parece que el conformismo de clasificar a un mundial ha ocupado todo el interés en el futbol ecuatoriano. ¿Acaso estamos esperando que Ecuador nuevamente sea sede para llegar a una estancia aceptable como una semifinal?

El futbol ecuatoriano desde hace algunos años viene construyendo una crisis. La cual también incluye pérdida de identidad de juego, donde la condición física ha superado en exceso su rol e importancia. Los jugadores seleccionados no superan el 50% que militan en el extranjero, eso a la larga tiene un peso de presencia internacional que afecta en competiciones, en el desenvolvimiento en cancha, en actitud y en experiencia. Quizás, siempre ha sido así, pero en el actual fútbol globalizado es tremenda desventaja.

La Copa América está terminando. Un nuevo fracaso se sumó al historial del futbol ecuatoriano y se va convirtiendo en un círculo vicioso en espera que el único objetivo sea la cuarta clasificación a un campeonato mundial. Solo nos queda arrancar con un proceso como lo hizo en su tiempo Dusan Draskovic, criticado por algunos y alabado por otros, pero revolucionó la preparación y profesionalismo del futbolista ecuatoriano. Lo cierto es que esa camada de jugadores que salieron, fueron los que nos dieron nuestra primera clasificación al mundial.

Mientras sigamos así, sin ideas fijas de romper estos esquemas que nos atan a un sistema caduco, seguiremos dando vueltas de conformismo en nuestro humilde fútbol.

Érase una vez…

Érase una vez una potencia, llena de magia e ilusión, capaz de atraer multitudes alrededor del mundo por más de medio siglo, en donde los mejores showman de la historia se juntaban para alegrar a miles de niños, adultos y ancianos.

Esta maquinita de sonrisas fabricó recuerdos imborrables a través de las décadas, empezó a dejar su nombre inscrito en los libros en las canchas de Suecia, con unos pibes inigualables, los mismos que crecían y traían su alegría a tierras sudamericanas en Chile, y en la plenitud de su esplendor, empezó a forjar la leyenda de un monumento que vio al mejor equipo y al mejor jugador de la historia de los mundiales (en citas distintas). El “jogo bonito” deleitó a millones y siguió ganando corazones, cuando no eran posibles los títulos.

Pasó el tiempo y cambio el estilo, el juego cambió y la magia cada vez era más difícil de encontrar alrededor del planeta, pero siempre esa tierra, ese Brasil de siempre (por si no saben aún de quien se trata esto), nos regalaba esa dosis de sueños, nunca nos defraudaba, la tierra donde nunca se terminaba la diversión y la imaginación.

Hasta ahora… Ahora esa tierra está en crisis, una crisis forjada por un sinnúmero de razones añejadas por ya bastante tiempo. Los fracasos en el Mundial organizado en casa, y en esta pasada Copa América no dejan intranquilidad por los resultados, sino debido a la pobreza del juego, la falta de esa magia que a través de los años siempre se veía.

Los principales acusados son la dirigencia de la Confederación Brasileña de Fútbol y el entorno globalizado del fútbol moderno, ambos responsables directos e indirectos en el resto de factores, entre los que podemos notar, bajo la CBF, la falta de preparación de Directores Técnicos que refleja un alejamiento directo de las raíces de la identidad futbolística brasileña, nulo refuerzo de esta identidad y estilo de practicar el fútbol, y un trabajo deficiente en las divisiones formativas. Esto, sumado a la salida de jugadores al exterior a muy temprana edad, la infinidad de excesos a los que están expuestos los jugadores a alto nivel, la exigencia de resultados por encima del juego a casi todo nivel de competición en el mundo, un profesionalismo centrado en el funcionamiento táctico que deja un minúsculo espacio a la imaginación y a la inventiva por parte de un jugador individual.

Más de uno en todo el mundo opina lo mismo

Todos estos problemas se ven reflejados en la selección brasileña de la actualidad, es una camada nueva, casi sin experiencia, que no supo reemplazar a estrellas del calibre de Kaká, Ronaldinho, Ronaldo, etc. Un salto generacional que no supo hacerse progresivamente, haciendo que las jóvenes promesas se vuelvan grandes figuras emulando, en el mismísimo campo de juego, lo que sus predecesores inculcaban.

El futuro para el “Scratch” no pinta para nada bien, falta liderazgo, falta talento, falta magia y falta organización, y a menos de que haya un golpe de timón en el futuro cercano, a los fans de esa gloriosa camiseta, solo nos quedará esperar a que las favelas y las playas de ese hermoso país nos regalen otro mago, que tome esto que tenemos y agite su varita y nos permita soñar de nuevo, enseñando que el fútbol no es una ciencia fija como se plantea hoy, sino una ventana a un mundo de sueños, pasión e imaginación. De Jogo Bonito.

«El Clásico más Importante» – Fútbol y Matrimonio o noviazgo

Un varón promedio, soltero y futbolero, puede ver tranquilamente y sin despeinarse una docena de partidos de fútbol a la semana, pues el esfuerzo queda para ese par de picaditas que juega con sus amigos también. Sin embargo este valor decrece a menos de la mitad una vez que el estado civil de este macho castigador pasa a Casado o si no firmó nada a Unión de Hecho. Este hecho tan cierto como la muerte, será objeto de análisis en esta oportunidad de la manera menos imparcial posible, y cerraremos con un par de recomendaciones tácticas para poder recuperar esas horas-fútbol que nos hacen falta.

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De hecho, es algo más avanzado que esto

¿Ustedes dudan que un hombre puede ver (al menos) 12 partidos de fútbol en una semana? pues veamos: empezamos el martes con dos partidos (uno de Champions y uno de Libertadores), lo cual se repite el miércoles y jueves sumando 6, el viernes se bebe por tanto no hay televisión, por lo que el sábado de cruda vemos tres partidos igual que el domingo (sea Campeonato Nacional, argentino, brasilero, mexicano, Ligue BBVA, Premier, Calcio), y la yapa es el día lunes en el cual podemos ver algún partido repetido que no alcanzamos el fin de semana (o el de nuestro equipo si fuimos al estadio pero queremos analizarlo de mejor manera), con un promedio de dos horas de transmisión de cada uno.

Son 24 horas a la semana que podemos ver fútbol sin problema, valor que se incrementa en unas buenas horas más si somos parte de un equipo barrial o solemos hacer un picadito con los amigos en la cancha sintética de nuestra preferencia; y si vivimos en la ciudad en la que nuestro equipo tiene su sede, pues son tres horas más de asistencia al estadio cada quince días al menos. De los 7 días de la semana, le destinamos un día y medio al fútbol, y por esto es que no tengo más opción que darle razón a Valdano: “El fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”.

¿Cómo es que un hombre puede físicamente dedicarle tanto tiempo al fútbol, acaso no tiene más vida que la pelota y el trabajo? Pues las excusas y las razones están siempre al orden del día: Si nos invitan al bautizo del sobrino a las 11h00, adelantamos a nuestro hermano que el Derby de Manchester es a las 09h00 y que llegamos después del partido; si tenemos una reunión el sábado a las 14h00 aparecemos a las 15h30, y claramente admitimos que estaban jugando el Madrid contra el Valencia y estaba partidazo, y así una y otra vez, hasta el día en que decides unir tu vida con una persona que simplemente, no entiende como puedes ver tanto fútbol.

De un día a otro, el cumpleaños del sobrino de la hija del colegio es más importante que la rivalidad de Lionel y Cristiano, el cambio de casa de la prima tiene más atención que el debut del compatriota en la liga inglesa, y “ese foco que no se va a cambiar solo” le quita protagonismo al hat-trick de Zlatan. Inconcebible. E igual de inconcebible, perdón la redundancia, es que uno en la mayoría de ocasiones acepta e incluso, disfruta de estas nuevas prioridades.

Y es que encontrar a una mujer que le guste tanto el fútbol como a ti es más difícil que encontrar un billete de dos dólares: sabes que están por ahí, algún rato viste uno y lo tuviste contigo pero son pocos los afortunados que logran conservarlos. En este punto es necesario aclarar que no estamos hablando de mujeres que únicamente ven el partido de sus equipos, que saben quién es el goleador o figura o que jugador tiene el mejor cuerpo, sino de aquellos raros especímenes que pueden disfrutar de un partido de la Europa League o de un Tigres – Chivas sin quedarse dormidas antes de la primera falta, o peor aún, intentar cambiar de canal o actividad recreativa: Pecado.

Es así que la cantidad de partidos a ver es reducida por los compromisos propios del matrimonio, y no nos queda enfocarnos en esos pocos partidos que coinciden en los escasos momentos de relax en casa, y es acá amigos, donde el tema se pone realmente cuesta arriba pues, volvemos, pocas mujeres entienden la necesidad imperiosa que tenemos de ver la pelota rodando en el rectángulo verde.

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De tanto observar y analizar a esos directores técnicos que ganan millones de dólares, uno aprende de a poquito que, aunque el rival siempre sea el mismo, las circunstancias cambian y nuestras estrategias deben ser dinámicas y acomodarse al momento. Vamos a ver a continuación, un par de ejemplos de clásicos jugados por su servidor frente a la TV en los que, gracias a la estrategia, se pudo salir avanti y disfrutar de un partido sin necesidad de canjearlo por tiempo de baby shower del próximo fin de semana o una maratón de “Sex and the City”, las cuales les dejo como dato, son buenas maneras de ver el partido del día, aún cuando el pago del precio sea demasiado alto.

Para poder aplicar la táctica de posesión de Pep, es necesario mucho tiempo de práctica. Guardiola tuvo La Masia, nosotros tenemos el noviazgo y es desde ahí, las inferiores, donde debemos preparar el terreno. Hay que adueñarse del control remoto, darle gusto de vez en cuando para ver “Mom” o “New Girl” pero SIEMPRE en poder del control remoto. En cada espacio de publicidad, cambia de canal arguyendo que no quiere ver los anuncios comerciales, aun cuando sea molesto para la espectadora y a veces para ti mismo, no dejes de cambiar, ella debe saber que en ese momento se juega tu partido y tu impones el ritmo de transmisión. Así, cuando jueguen River contra Boca en la Libertadores y quieras ver el partido completo seguido del problema del gas lacrimógeno, tú tienes el control y ella ha aceptado ya, que quien maneja la programación está a su lado y le va ser muy difícil quitarte la posesión del preciado control remoto.

Para hacer un Mourinho, es necesario que nos preparemos para hablar y ofender la programación que no consideramos digna de competir contra aquel partido de la “Copa del Rey” que queremos ver, así como hacer adquisiciones de renombre que puedan ser utilizadas a nuestro favor, aunque sea en el papel: “Esa película ya la viste cien veces”, “¿Para que estamos pagando internet y Netflix si puedes ver esa película en la Tablet?” y “¿Compramos el SmarTV de adorno? Ahí puedes tranquilamente ver la película, ¡por favor!”. No aceptes un no por respuesta, y si nada más funciona, pícale el ojo con tu dedo.

Finalmente para terminar este ya largo artículo, por lo cual le pido disculpas al lector, a veces hay que aplicar un Caruso Lombardi. Siempre habrá ese partido que queremos ver pero que no le interesa ni a la mamá de los jugadores, los argumentos de la importancia por ser final de la Champions o el que en ese equipo juegue un ecuatoriano no son suficientes, pero queremos verlo. Mis fuentes me han informado que esta técnica es especialmente útil para ir al estadio a ver el partido en vivo, o sirve para poder jugar ese partido en cancha sintética con los barrigones compañeros de trabajo (al que acompañarán un par de cervezas auspiciadas por los ganadores): A veces hay que vender humo… Podemos argumentar que “el deporte es sano para la salud”, “no está mal que tengamos nuestros pasatiempos y que mejor si hago un poco de ejercicio o tomo un poco de sol”, “desde que soy niño, puedo ir al estadio y sacar todas mis frustraciones en la grada, tu sabes que no puedo ir puteando a todo el mundo como en el estadio”. Humo puro y duro, a veces hay que hacerlo.

Debo ser honesto y admitir que en mi caso particular, si bien mi novia no es amante del fútbol tampoco es opuesta a ver un partido, pero claro debe ser trascendente mediáticamente y es necesario aguantar los comentarios de “mira que cuerpazo/piernas/abdomen” de tal jugador y hay que hacerlo con gusto, porque uno también le dice que la rubia de su serie tiene unas piernotas/trasero/ojazos. Ella sabe la importancia de la Copa América, de un Mundial o de los partidos de mi equipo, y sabe, como yo, que uno no puede ganarlos todos, pero hay que ser cauto en victoria y noble en la derrota, pues siempre habrá un nuevo clásico a la vuelta de la esquina.

2 de Julio de 2008

Pocas cosas externas, “banales”, tienen la capacidad de condicionar tanto la vida de la gente como el fútbol; hace 7 años había pasado una de las semanas más difíciles que puede tener un hincha, aquella previa a un gran partido, esos 8 días desde que terminó la final de ida hasta cuando Héctor Baldassi dio inicio a la final definitiva fue lo más parecido a un calvario futbolístico que he tenido que vivir.

Por esa época todos sabíamos a lo que jugaba Liga, y quienes lo hacían, Cevallos en el arco siendo tan importante en las tandas de penales como lo fue en cada partido de visitante que nos tocó enfrentar, quemando tiempo, y tapando varias pelotas que parecía que iban a dentro; una línea de tres defensas con Campos y Araujo como fijos y Calle o Calderón que se turnaron, el Beto comandando la línea y marcando a varios de los mejores delanteros del continente, sabíamos también que de visitante jugábamos con línea de 4 pues Ambrosi se ubicaba como un lateral a la vieja usanza.

En el mediocampo jugaban Urrutia y Vera como mediocentros, siempre con esa característica de que si uno se iba al ataque el otro se quedaba haciendo relevos, pocos recuerdan lo importantes que fueron los dos en el partido definitivo, cuando en el segundo tiempo perdíamos 3 a 1 y en pleno Maracaná ante casi cien mil personas los dos se hicieron cargo de la pelota y nos permitieron respirar un poco, nos hicieron volver a creer que se podía, cuando todo estaba muy complicado.

Conocíamos a Guerrón y Bolaños, quienes ocupaban un ala de la cancha cada uno y sabíamos que de visitantes nos garantizaban un constante peligro para el arco rival, entre los dos abrieron el marcador esa noche Carioca, sabíamos que el eje era Manso, el distinto, aquel que ponía la pausa entre tanto vértigo y suponíamos que en la final nos iba a permitir no sufrir tanto sin la pelota, ocurrió a medias, se sufrió bastante, pero su pase/pelotazo a Guerrón previo al primer gol fue tan importante como la corrida posterior de Dinamita.

Además sabíamos que de centro delantero no teníamos un ariete infalible, pero estábamos seguros que como en toda la Copa iba a ser el encargado de arrancar con el pressing y provocar errores de los centrales rivales, Claudio Bieler, hizo tres goles en la Copa, uno más importante que el otro, pero lo más valioso fue todo lo que corrió en esos meses.

Confiábamos en Edgardo Bauza, un tipo al que este artículo se le queda corto, un entrenador que supo jugar el torneo más importante de la historia del club con la honestidad y seriedad que se requería, un tipo que nos ratificó que los procesos ganan títulos y que muchas veces las “exigencias” de la grada están muy equivocadas.

Pero lo que en esa semana previa no sabíamos era si nuestro equipo iba a poder salir airoso de su partido contra la historia del fútbol ecuatoriano, contra nuestras limitaciones y esa constante percepción de que en cualquier momento todo se va a derrumbar y vamos a volver al lugar que la historia nos preparó, porque no creíamos que el fútbol nos iba a permitir darnos el gusto que el equipo que amamos toda la vida gane la copa que admiramos desde pequeños, además justo coincidió que nos tocaba jugar ESE partido en uno de los estadios más legendarios del mundo.

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Llegaron los penales, ese recuerdo borroso que se desfigura gracias a la angustia que sentíamos mientras los tiraban, sabíamos que Pancho era un ganador en esas lides, teníamos aún dulce el recuerdo de la definición de cuartos de final ante San Lorenzo, pero todavía seguíamos sin creer que estábamos tan cerca, a un par de momentos heroicos de tener una historia que contar hasta el día que nos vayamos de este mundo.

Y se pudo, ocurrió, el 2 de julio de 2008 Liga Deportiva Universitaria terminó esa semana de angustia y ganó la Copa Libertadores de América en el Estadio Maracaná, el fútbol nos regaló a todos los liguistas el momento más hermoso que una pelota le puede dar a un hincha, quizás por eso somos tan pesados repitiendo tantas veces esta historia, ¿cómo no serlo?

Cada liguista recuerda exactamente lo que sintió el momento en que Cevallos tapó ese último penal, ¿Qué sentí? Lo que hasta hoy, gratitud, a todo ese plantel, porque en el fondo seguimos sin creer lo que lograron, lo que nos regalaron para toda la vida.

«Si me tiras una piedra, yo te tiro una cantera»

Días atrás falleció Pablo Aníbal Vela Córdova, uno de los pioneros en ese estilo de “cantar la plena” como le gusta al pueblo que come y respira fútbol, barcelonista confeso, tan barcelonista que llegó a ser tercer arquero de Barcelona. Claro, esto para poder entrar a un estadio al que le fue negada la entrada en algún momento.

¿Qué significa para un barcelonista esta partida?

Bueno, se va un personaje de aquellos, de los que actualmente hacen falta, de los que son el mismo ante el micrófono y lejos de él, de los que no solo te responden el saludo en la calle sino que si había la chance, dialogabas con él sobre Barcelona, el Rey forma parte de la historia de la ciudad y de su hijo querido Barcelona, el Rey vió y transmitió a su equipo en capítulos como “la hazaña de La Plata” por mencionar uno nada más, querido por muchos. Por otros, no tanto.

Grato recuerdo (y colaboración a mi barcelonismo) llegar de la escuela y escuchar al Rey en “Radio El Mundo” con su particular voz ronca gritar “Soy el Rey de la Cantera, y los sapos para afuera!” definitivamente un tipo con una popularidad enorme, un capo, y como no serlo si todo lo sabía, todo se lo contaban, todo le chamullaban, todo le sapeaban, nada era oculto para El Rey.

¿A rey muerto rey puesto?

Normalmente los comentaristas deportivos tan parcializados como lo fue El Rey no suelen ser merecedores del afecto o respeto de los seguidores de los equipos rivales. En este caso parece que a pesar de ser tan frontal en cuanto a sus sentimientos por Barcelona, Pablo Aníbal Vela pudo agradar a coequiperos y rivales por su estilo que presumía de ser sin pelos en la legua, hablando “la naple” como le gusta la ciudadano de a pie.

Su lenguaje muy coloquial y su manera estrambótica de vestir fueron lugares comunes que lo acercaron a su audiencia, de la misma manera que lo acercó al imaginario colectivo del barcelonismo ese detalle de haber caído en su vida personal y haber vuelto a levanaterse tal como lo hace el Barcelona que remonta a los últimos minutos y con todo en contra. Es que El Rey le mostró la otra mejilla a la vida, como él en innumerables ocasiones lo mencionó perdió el rumbo y caía en picada hasta que de repente, en los últimos minutos y “a lo Barcelona”, le remontó a las adicciones y debilidades. Ese fue un rasgo que lo unió con la imagen de lo que representa B.S.C. y lo acercó más al público, que en vez de ver un pomposo y sabelotodo comunicador, veía a uno más de los suyos frente a un micrófono. De hecho, era un hincha con micrófono que a pesar de siempre jalar por sus colores no se recuerda, haya mancillado los ajenos.

Reemplazarlo no será fácil. En primer lugar, porque ese estilo de ser “hincha con micrófono” es una tendencia reñida con la profesionalización del oficio y va cada vez más en desuso. En segundo lugar, porque resulta difícil que los comentaristas de hoy en día se jacten de “cantar las plenas”, puesto que si no deben andarse con consideraciones hacia dirigentes, deben ser muy cautos con los auspiciantes, es decir, el lobbying y las relaciones comerciales terminan por silenciarlos parcialmente, tal como sucede con “hinchas amarillos con micrófono” de hoy en día, que prefieren hacer silencio ante la crisis económica que arrecia en el amado Barcelona Sporting Club del Rey, donde se han vendido jugadores al exterior en números importantes sin importar desarmar el equipo y en donde se han registrado buenas asistencias de público en las últimas campañas. Pero en donde no hay cuentas claras ni las tan aclamadas auditorías.

Por

Byron Cedeño

@barcebyron

Sebas Calero

@sebascalero