El Ajedrez se puso de Moda
El último gran éxito de Netflix es la serie “Gambito de Dama” (The Queen’s Gambit) y bien podría ser la producción de las que más se habla en el remate del infausto año de pandemia.
La serie es adaptación de una novela del mismo nombre, escrita por Walter Tevis en 1983, mas ambientada en los años 1950s y 1960s. Cuenta la historia de Elizabeth “Beth” Harmon, una heroína que encaja perfectamente en los estándares de los héroes pop y deportivos contemporáneos, pues tuvo una infancia difícil y disfuncional entre la orfandad y una familia adoptiva que distaba mucho de ser modelo. Pasiones, demonios, drogas y sobretodo, un talento sobrenatural, en este caso para el juego del ajedrez.
Beth Harmon es encarnada por la joven actriz Anya Taylor – Joy (a quien la hemos visto también en Peaky Blinders). Su actuación logra enseguida meterse al bolsillo al espectador, pues logra con su expresión una aura genuina de locura y genialidad. Sería más bien una “anti expresión”, pues es precisamente la escasa gesticulación, la rigidez de su postura y la mirada prácticamente imperturbable lo que componen a su personaje. Como que toda la fiesta ocurre en su cabeza y todos sus esfuerzos se deben al tablero del “deporte ciencia”.
La historia de Beth se vuelve entrañable porque es casi siempre un nadar contracorriente. Contra las autoridades del orfanato, de su familia adoptiva, del mundo de las competencias del ajedrez dominado abrumadoramente por hombres, contra su propia salud mental y finalmente, como si esto fuera la historia de un boxeador o héroe de juegos de video (?), Beth debe superar uno a uno en el ajedrez a rivales cada vez más complicados hasta medirse con un adversario pintado como invencible. El camino que transita la lleva de la sencillez al glamour.
Hablando de su “combate final”, el también ficticio Vasily Borgov, es la construcción prefecta inspirada en los años de la guerra fría, es decir, un robótico producto de la Unión Soviética, una mezcla de grandes campeones como Tigrán Petrosián, Anatoli Karpov o Garri Kasparov. Es así como, al más puro estilo de “Rocky IV”, se enfrentan “”la máquina del sistema”, o sea el campeón soviético ante el talento, alma e inspiración de la en este caso campeona americana. Una temática clásica y que nunca falla mayormente. Además que así como en Rocky, el encuentro decisivo es en territorio ruso.
Claro que, al contrario del casi santificado personaje de Stallone, Beth Harmon tiene entre sus características algunos vicios. El de la bebida, “heredado” de su madre adoptiva, y las drogas: las clínicas, hábito adquirido desde el orfanato y las recreativas a medida que incursiona en círculos sociales que en un inicio son complicados de entender, en un inicio por su edad y también por su propia personalidad. Ante esto hay escenas descomunales como el ajedrez mental de Beth antes de dormir en la noches de orfanato y el épico final del capítulo 6 con “Venus” de los Shocking Blue de fondo.
Gambito de Dama es una historia de locura y pasión, conceptos que tal vez suenan contrarios al mundo metódico que de lejos parece ser el ajedrez. Continúa con la onda de heroínas femeninas de los actuales momentos y que está poniendo de moda uno de los pasatiempos más antiguos del mundo y que ciertamente a veces es relegado.
Guitarras y gol