Se cumplieron 30 años desde que se celebró el Mundial de Fútbol de 1994 en Estados Unidos. Cita deportiva que marcó a fuego a generaciones y que supuso la modificación de muchos aspectos en nuestro amado deporte, así como la llegada de nuevos fans al mismo.
La organización de un torneo de esta magnitud en un país con poca o ninguna tradición futbolera constituía una aventura, pero el gran país del norte suplía la falta de balompié en su espíritu con impecable organización y ciertamente mucho dinero. Vimos un espectacular despliegue de tecnología y abundancia a lo largo de varios husos horarios de la unión americana, lo que permitió llegar a más audiencia por la disposición de horarios en las transmisiones.
Con 9 sedes en las afamadas ciudades americanas y gigantescos estadios de mínimo 50 000 espectadores, el décimo quinto Mundial de Fútbol de la historia arrancó un 17 de junio con la ajustada victoria de una Alemania que volvía a jugar unificada tras casi 60 años sobre una Bolivia que volvía a participar tras más de 40 por 1-0. Esto jugado el el “Soldier Field” de Chicago. El “Mundial gringo” supuso cambios de fondo para el fútbol como el otorgar 3 puntos al equipo ganador (anteriormente se ganaba 2 puntos por victoria) y de forma como la introducción de coloridos uniformes para el cuerpo arbitral.
Ciertamente Estados Unidos le puso su toque al fútbol y por ello a partir de ese mundial veríamos como en los deportes gringos el apellido del jugador en la espalda o su apodo para el caso de futbolistas brasileños o españoles. Además de numeración en la parte delantera de la camiseta. Hablando de los uniformes, fue época de pomposos diseños que nos ofrecieron las casas deportivas como Adidas o Umbro, que fueron las que más selecciones manejaron. En la memoria de cualquier niño de esos tiempos están los llamativos uniformes de arqueros y un caso especial fueron los uniformes fluorescentes del portero mexicano Jorge Campos, quien mencionaba que homenajeaban a los practicantes de clavados de su Acapulco natal.
Siguiendo con el desarrollo del fútbol, habíamos hablado del grupo de Alemania que jugaba como campeón defensor y protagonizaría un duelo de poder a poder con España que terminó 1-1. Los españoles habían igualado 2-2 con Corea del Sur y tenían urgencia de derrotar a Bolivia y así lo hicieron por 3-1. Alemania superó a Corea y juntos avanzaron a octavos de final. En el grupo del organizador, justamente Estados Unidos lo inauguraba ante Suiza en el Pontiac Silverdome de Detroit, siendo la primera vez que se jugó en un estadio cubierto un Mundial de fútbol. El resultado fue 1-1 y muchos recordarán el golazo de tiro libre de Eric Wynalda para el anfitrión.
En ese grupo los ojos estaban puestos en Colombia, que con una generación memorable despertaba favoritismo y se enfrentaba en el Rose Bowl de Los Ángeles a Rumania, inexplicablemente con un perfil más bajo, pero Florin Raducioiu, su delantero, jugaba en el poderoso AC Milan y su emblema, Gheorghe Hagi, era una figura de clase mundial. Juntos pasaron por encima a los cafeteros por 3-1. El cuadro sudamericano necesitaba reivindicar su condición ante un elenco norteamericano cuyo conjunto no ni siquiera completamente profesional. Grande fue la sorpresa cuando los de las barras y las estrellas luciendo su memorable uniforme “denim” vencieron 2-1 a los colombianos con el infausto autogol de Andrés Escobar, incidente que le costó su vida semanas después. Suiza sorprendentemente venció 4-1 a Rumania y le sirvió para clasificar a octavos de final. Rumania venció a Estados Unidos y ganó el grupo, mientras el anfitrión avanzó como mejor tercero.
Brasil era el amplio favorito de su grupo y no tuvo problemas para derrotar 2-0 a Rusia con tantos de Romario y Raí. “O Baixinho” era uno de los llamados a ser figura del torneo junto a su socio de ataque: Bebeto. En el siguiente juego de la canarinha derrotaron 3-0 a Camerún, pero Suecia les frenó brevemente y su juego terminó 1-1. Los nórdicos igualaron con Camerún y superaron a Rusia y con esos puntos clasificaron a octavos de final. En el partidoentre Rusia y Camerún jugado en San Francisco hubo varios hitos. Favoreció 6-1 a los rusos y por primera vez en un mundial un jugador anotó 5 goles, fue Oleg Salenko, mientras que el tanto africano fue de Roger Milla, convirtiéndose en el jugador de mayor edad en anotar en un mundial a sus 42 años.
En el Grupo E hubo un hecho muy particular, pues todos los equipos finalizaron el mismo con 4 puntos y gol diferencia en cero. La diferencia la haría los criterios de desempate, pues México lo terminó ganando al haber anotado 3 goles en su victoria 2-1 ante Irlanda y el empate 1-1 con Italia. Irlandeses e italianos habían anotado 2 tantos, pero Irlanda se ubicó segundo porque había vencido a la azzurra 1-0 en duelo inaugural del grupo. Italia se conformó con ser un mejor tercero y su victoria 1-0 ante Noruega los salvó. Los escandinavos habían vencido 1-0 a México, pero solo anotaron un tanto quedando últimos y eliminados.
El Grupo D arrancó en medio de la sorpresa con la exuberante Nigeria derrotando 3-0 a Bulgaria y muchas se acordarán de las peculiares celebraciones de los africanos, mientras que Argentina derrotó 4-0 a Grecia con triplete de Gabriel Batistuta y el último gol de Diego Maradona en mundiales y el siguiente juego tendría gloria y caída para el Pelusa, quien jugó un brillante juego ante Nigeria y la albiceleste triunfó 2-1 con tantos de Claudio Caniggia, pero habría control anti doping dirigido al 10 que saldría positivo dando fin a la participación del legendario jugador. La dolorosa frase “me cortaron las piernas” retumbó en el ambiente y Argentina cayó 2-0 ante Bulgaria cayendo al tercer lugar del grupo. Los búlgaros habían goleado a los griegos y fueron segundos. Los africanos ganaron el grupo tras vencer a Grecia.
Otra sorpresa hubo en el Grupo F pues Arabia Saudita tras caer 2-1 ante Países Bajos, vencería 2-1 a Marruecos y 1-0 a Bélgica, con el dato peculiar del golazo de Saeed Al Owairan, emulando al gol del siglo de Maradona. Los árabes quedaron segundos tras tener los mismos puntos y gol diferencia que los neerlandeses, pero habían perdido el duelo directo. Bélgica terminó tercero pero menos goles a favor, habían vencido a naranjas y marroquíes.
Los octavos de final empezaron con un partidazo entre Alemania y Bélgica que favoreció a los primeros 3-2, incluyendo tantos de Jurgen Klinsmann y Rudi Voller, mientras España aplastó 3-0 a Suiza. Rumania con Illie Dumitrescu y otra jornada memorable de Hagi aprovechaban el golpe anímico que sufría Argentina y los derrotaron 3-2 en otro vibrante encuentro y ya los de los Cárpatos se erigían como un recuerdo perdurable de esa copa. Suecia acabó el sueño Saudí y los venció 3-1 con Kennet Andersson como figura.
Países Bajos derrotó sin atenuantes 2-0 a Irlanda y aquel 4 de julio, celebración de la Independencia estadounidense, el anfitrión se medía al todopoderoso Brasil y ofreció su mejor resistencia, pero Bebeto con asistencia de Romario anotó 1-0 que mandó a los norteamericanos a casa. Nigeria vencía 1-0 a Italia en algo que ya no parecía sorpresivo y entonces apareció la figura del “divin codino” Roberto Baggio anotando un milagroso empate en el último minuto y en tiempos extras hizo de penal el 2-1 que dejó a la azzurra con vida. México y Bulgaria igualaron 1-1 con lo que decidieron la llave en penales muy mal ejecutados por los aztecas. Así los de Hristo Stoichkov avanzaron a cuartos de final. Hay que recordar la anécdota del cambio de arco averiado, lo que demostró el poder organizativo americano.
Todos los juegos de cuartos de final fueron épicos. Empezando por la batalla en Boston entre Italia y España que iba 1-1 con tantos de Dino Baggio y Caminero hasta que en una hermosa contra Roberto Baggio decidió a favor de la escuadra italiana con una definición milimétrica. 2-1 y a semifinales. Mientras que en Dallas un segundo tiempo brutal entre Brasil y Países Bajos parecía decidirse para los sudamericanos con goles de Romario y Bebeto, este último dedicando la famosa celebración de bebé en brazos. Pero pronto goles de Bergkamp y Aron Winter daban el empate a la naranja y a poco del final, Branco con tiro libre escribió el 3-2 definitivo.
En Nueva York se operó la gran sorpresa de la copa cuando Bulgaria derrotó 2-1 a la campeón reinante, Alemania, dando vuelta al marcador. Luego del tanto de Matthaus de penal vino el empate con un precioso tiro libre de Hristo Stoichkov y después un letal frentazo de Yordan Letchkov cerró el marcador. Finalmente Rumania y Suecia igualaron 2-2 en tiempo reglamentario, goles de Raducioiu para los rumanos, Tomas Brolin con una brillante jugada de laboratorio y Andersson para los suecos. En los penales se lució “el loco” Tomas Ravelli para que los escandinavos alcancen las semifinales.
Italia había pasado a los sustos a semifinales, pero venció con comodidad a Bulgaria por 2-1. Goles de Roberto Baggio que prácticamente llevó de su mano a la final a su selección. El descuento de penal de Hristo Stoichkov le permitió al talentoso búlgaro compartir la cima de goleo del torneo con el ruso Salenko. Brasil de su lado sufrió mucho para vencer a Suecia con agónico tanto de Romario 1-0. Suecia derrotó 4-0 a Bulgaria en el juego por el tercer puesto. La final supuso otro hito en la historia de los mundiales al finalizar 0-0, lo que a buena parte del aficionado le pareció aburrido. Entonces se decidió un título por primera vez en penales. Por Brasil acertaron su envío: Romario, Branco y Dunga, mientras que Pagliuca atajó a Marcio Santos. Por Italia convirtieron Albertini y Evani mientras fallaron sus héroes: Franco Baresi y Roberto Baggio, quienes venían muy afectados físicamente, además que Taffarel atajó a Massaro.
El fútbol puede ser cruel y la postal de Baggio lamentando su error se eternizó cuando había hecho un torneo maravilloso. Brasil alcanzó su cuarta Copa del Mundo y fue la primera selección en hacerlo. Romario se erigió como el mejor jugador del momento. Fue el último mundial integrado por 24 selecciones.
El Mundial dio el espaldarazo final hacia la profesionalización y mayor atención al fútbol en Estados Unidos. Pocos años después se comenzó a jugar la MLS y a día de hoy, la selección norteamericana es cualquier cosa menos novata. La opulencia pasaría a ser indispensable para la celebración de los mundiales de fútbol con requerimientos estrictos para la transmisión de partidos, alojamiento y desplazamiento de delegaciones e hinchadas. Todo cambió después de ese maravilloso verano de 1994, el de: Romario, Baggio, Stoichkov, Brolin, Hagi y otros tantos héroes.