Un 2018 Frustrante Para el Ídolo
Cuando se realiza el compendio de un proyecto usualmente se trata de sintetizar el resultado final en una sola palabra, y en el caso del ciclo 2018 de Barcelona Sporting Club esta se puede resumir en “frustración”. Un año más en que el Ídolo del Astillero cierra una temporada en blanco, con un fracaso estrepitoso en la primera fase de la Copa Sudamericana, un rendimiento descendente en el Campeonato Nacional y una serie de problemas dirigenciales que empañaron el cierre del año del cuadro guayaquileño.
El reto del 2018 se trazó claramente desde el principio de la temporada: priorizar la recuperación del título nacional que se perdió el año anterior y llegar lo más lejos posible en la competencia internacional, tal como ocurrió con la magnífica actuación en la Copa Libertadores del 2017. Para esto el club mantuvo en la dirección técnica al uruguayo Guillermo Almada y a la base del plantel de las dos anteriores temporadas, a pesar de la partida de uno de los emblemas de este periodo: el goleador charrúa Jonathan Alvez, que partió hacia el Junior colombiano. Adicionalmente el club dio en préstamo a Richard Calderón y Washington Vera, usuales alternantes del primer equipo, para que ganen minutos lejos del Monumental.
Como refuerzos principales se sumaron: el delantero argentino Juan Ignacio Dinenno, proveniente de Deportivo Cuenca, con la misión de reemplazar la cuota goleadora de Alvez, el mediocampista paraguayo Víctor Ayala, y los nacionales Michael Arroyo (que regresaba al club luego de 5 años), Jonathan Betancourt y Steven Zamora. La idea de Almada seguía manteniéndose invariable: un esquema de juego vertiginoso con mucha presencia de laterales y extremos que alimenten el caudal ofensivo del equipo orientado por el enganche o mediapunta en el tradicional esquema 4-2-3-1 del técnico charrúa.
El arco siguió siendo custodiado por uno de los referentes del plantel, Máximo Banguera, que se mantuvo como uno de los jugadores de mejor rendimiento del plantel, salvando al equipo en varios momentos de fragilidad defensiva. En el apartado defensivo se siguió apostando por un ya consolidado Darío Aimar en el centro de la zaga, acompañado habitualmente por Luis Caicedo y alternando con Xavier Arreaga en otras ocasiones. En los laterales se dio la proyección de una de las grandes revelaciones de la temporada, el joven Byron Castillo, que fue una refrescante aparición que solventó el bajo nivel de Pedro Pablo Velasco y el inconstante rendimiento que ofrecieron Mario Pineida y Beder Caicedo a lo largo del curso.
La mitad de la cancha siguió siendo cimentada por la presencia de Gabriel Marques y el incombustible capitán Matías Oyola, que siguió manteniendo la titularidad ante el poco aporte que terminó siendo el paraguayo Ayala. Por las bandas se siguió dando protagonismo a los extremos Ely Esterilla, quien tuvo una temporada de altibajos pero que en algún momento Almada lo reconvirtió como mediocentro ante la necesidad de otorgar mayor juego interior al equipo, y Marcos Caicedo, que de a poco fue perdiendo espacio por su descendente nivel y terminó siendo relegado a la suplencia por Michael Arroyo cuando Gambetita ya tuvo el suficiente estado de forma para adueñarse de ese puesto. Por su parte Damián Díaz continuó siendo el enganche sobre el cual se orientó el juego ofensivo de Barcelona pero, al igual que la mayoría de sus compañeros, no dio un rendimiento constante al de años anteriores lo cual fue algo que marcó la inconsistencia en el andar del cuadro torero.
En la delantera quedó la difícil tarea de reemplazar a Alvez, y si bien Ariel Nahuelpán era el indicado para arrancar como titular, sus pocas prestaciones en el inicio del año lo hicieron perder la titularidad ante Dinenno, que llegó a posicionarse entre los goleadores del campeonato hasta que una lesión a mediados de la Primera Etapa lo sacó de su mejor forma y que a larga le costó el no poder retomar su nivel cuando ya estuvo recuperado; a pesar de esto, Dinenno finalizó como el goleador de Barcelona al anotar 16 tantos en el torneo nacional y 1 en Copa Sudamericana. Otro valor ofensivo destacado fue la Culebra Erick Castillo que actuó como una especie de comodín para el esquema de Almada, quien lo utilizó como extremo, mediapunta y hasta de centrodelantero, dando siempre la talla cuando se lo requirió.
El concepto planificado por Almada tuvo su primer severo tropiezo en la Copa Sudamericana al caer penosamente en primera fase ante el conjunto paraguayo de General Díaz. Desde aquel momento se notó claramente un déficit en el modelo de juego torero que se acrecentaría con el paso de los meses: pocos e intermitentes momentos de vértigo ofensivo, ausencia de la intensa presión alta que tanto caracterizó al equipo en los años anteriores (notable la falta de Alvez en este aspecto) y una evidente baja en el rendimiento de varios elementos tanto titulares como alternantes.
A pesar del fracaso internacional, Barcelona inició de gran forma el torneo nacional consiguiendo su mejor arranque histórico al sumar 8 victorias y 2 empates en sus primeros diez compromisos, con un brillante estado de forma de Dinenno y Castillo como figuras del equipo. No obstante el punto de inflexión de la primera etapa llegó luego de esta racha inicial tras la doble derrota en las fechas espejo ante Liga de Quito que le permitió al cuadro albo llegar a la punta del campeonato, posición que ya no la perdería hasta finalizar la etapa. El golpe no fue asimilado prontamente por el conjunto canario que llegó a encarrilar una triste derrota de local ante Guayaquil City, un empate in extremis en el Clásico del Astillero de visitante y otro empate de local contra Aucas que mermaron las opciones amarillas de pelear por la Primera Etapa.
Para el segundo semestre de la temporada se produjo la sensible partida de Erick Castillo al fútbol mexicano, además de las bajas de Cunti Caicedo y Ayala, mientras que se apuntaló el plantel para llegar a la final con la llegada de refuerzos como Frickzon Erazo, Joffre Guerrón, además del regreso de Christian Alemán y José Ayoví, todos con la incertidumbre de la poca actividad futbolística reciente en sus carreras. Esto último se vio reflejado con el poco aporte de cada uno de ellos, ya que apenas Alemán pudo ser un habitual en el once titular especialmente desde la lesión de Kitu Díaz; siendo el caso extremo el de El Elegante Erazo que no pudo ser inscrito por problemas con la transferencia desde Vasco Da Gama, lo que sumado a la seria lesión de Aimar, obligó al director técnico a usar a Arreaga y al joven Félix Torres como pareja de centrales titulares por el resto del torneo.
La Segunda Etapa fue un reflejo de los altibajos que tuvo el club en el torneo: tras otro buen arranque en el que llegó a encadenar 15 partidos sin perder, Barcelona volvió a estrellarse contra Guayaquil City en el Monumental finalizando su largo invicto, para a fecha seguida perder la punta ante Emelec y acumular una racha de 8 partidos sin triunfos que lo condenarían a no pelear por un lugar en la final del campeonato. Como premio consuelo, el cuadro torero finalizó en el segundo lugar de la tabla acumulada, lo que le valió la clasificación a la Segunda Ronda previa de la Copa Libertadores.
El 2019 de Barcelona estará marcado por el objetivo de conquistar el título nacional en la primera edición regentada por la Liga Pro, para lo cual contará con la continuidad del estratega Guillermo Almada y un plantel que con unos retoques seguramente continuará siendo protagonista a nivel nacional. No obstante vale recordar que es un año en que se celebrarán elecciones al directorio del club, lo que podría incidir en las metas deportivas del conjunto torero, tomando en cuenta que algunos de los miembros principales del cuadro dirigencial ya dieron un paso al costado antes de finalizar el periodo actual, lo cual ya generó cierto grado de incertidumbre en el andar de la institución.
Foto Principal tomad de Pública FM