Discos Imprescindibles: 25 años – Metallica (The Black Album)
El disco que marcó un punto de inflexión en los siguientes trabajos del cuarteto de San Francisco, un disco más trabajado y más lento que el sonido thrashero de sus antecesores. Publicado el 12 de agosto de 1991, fue sin dudas el siguiente paso evolutivo a un sonido definitivamente más comercial que los consolidó en las listas “mainstream” con sus 5 sencillos:
Enter Sandman
The Unforgiven
Nothing Else Matters
Wherever I May Roam
Sad But True
La grabación del disco no fue fácil debido a la constante tensión entre el nuevo productor, Bob Rock, y los miembros del grupo. Sin embargo, como James Hetfield declararía en varias ocasiones, querían un cambio en el sonido, cuando escuchó el “Dr. Feelgood” de Motlëy Crüe (producido por Rock), exclamó que ese es el tipo de sonido que estaban buscando.
¿Qué es lo que caracteriza a este disco? Como se mencionó anteriormente, la composición de las canciones son más lentas, con menos duración y con otra afinación en las guitarras pero manteniendo su estilo pesado a excepción de las dos baladas (las primeras en su discografía) que vienen en el disco. Por primera vez incluyen un arreglo orquestal en la canción Nothing Else Matters, pero sobre todo el sonido del bajo de Jason Newsted aparece y se aprecia por primera vez desde su ingreso a la banda ya que en “And Justice for All” fue prácticamente silenciado por obra y gracia de Lars Ulrich.
La portada completamente negra con el logo de la banda y una serpiente enrollada en la parte baja que fue tomada de la bandera Gadsden (bandera revolucionaria histórica de los Estados Unidos, recibe su nombre del general americano Christopher Gadsden, que luchó contra el imperio británico durante la Guerra de la Independencia).
Los temas a destacar del disco son varios, pero hablaremos de los más importantes: abre con la ya clásica Enter Sandman (primer single de la banda) cuya letra hablaba acerca de las peticiones, rezos, miedos, dudas y sueños en los que nos solemos sumergir, aquí la segunda guitarra de Hetfield suena atronadora, se puede aprecia que la banda no pierde su esencia thrash a pesar de que la canción sea mucho más lenta. Fue acompañada de un increíble video que te traslada a la pesadilla de la que Hetfield te está hablando y te sumerge en la misma (Now I lay me down to sleep, pray the lord my soul to keep, If I die before I wake, pray the lord my soul to take).
En el mismo estilo le sigue Sad but true y Holier than thou. El primer quiebre en el sonido y temática del disco se produce con The Unforgiven. Muy diferente a las pocas canciones sosegadas que habíamos escuchado como por ejemplo Fade to Black, pero siempre contando con el respectivo solo de Kirk Hammet.
Wherever I may roam, con un arreglo de sitar eléctrico, nos vuelve al sonido pesado de este disco, una gran canción y otro de los clásicos de la banda, al igual que Don´t Tread on Me. Le sigue Trough the Never, de las canciones más rápidas del disco, nos traslada por un momento a los anteriores trabajos de Metallica.
Nuevo punto de quiebre o pausa para escuchar una de las canciones que marcan la transición musical y lírica de Metallica: Nothing else matters. Balada con tintes de nostalgia y amor que fue escrita y parcialmente compuesta por James Hetfield y dedicada a su novia, buenos arpegios, tremenda orquestación introducida acertadamente por Bob Rock que le da más dramatismo y un toque de nostalgia.
Nuevamente suenan atronadoramente Of wolf and Man y The God that Failed. Esta ultima con un tremendo intro de bajo a cargo de Newsted que nos demuestra su calidad como músico y que se ratifica al ser parte de la composición de My friend of misery, la cual en su inicio fue concebida como una pieza instrumental al estilo de Orion o The Call of Ktulu, pero sobre el cierre de la grabación del disco decidieron que tenga letra. Finalmente Cierra el disco The Struggle Within.
A pesar de las críticas generalmente positivas de la prensa especializada, muchos de sus “fans “thrahsers” comenzaron a alejarse y a criticar el nuevo sonido de Metallica, incluso a tildarlos de “vendidos”. Aquí es cuando me pregunto: ¿Si las bandas hacen negocio con la música, lo cual está bien ya que ese es su trabajo y a pesar de que suenan diferente su calidad sigue siendo innegable, por qué se les acusa de venderse? Por ejemplo con Metallica: And Justice for All… vendió nada más y nada menos que 1.000.000 de copias, así que eso de venderse sigue siendo relativo desde el punto de vista del corazón y gusto de cada fan.
Tal vez no llegue a tener el nivel, incluso no sea comparable con su obra maestra Master of Puppets, pero sin duda su calidad musical es innegable, The Black Album es uno de los discos definitivos de la historia del rock que debe estar en tu biblioteca musical.
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Es gracioso como el sonido de Mötley Crüe impulsa a Metallica hacia su éxito comercial noventero, cuando se supone que los Crüe eran «todo lo que no queremos ser en esta vida» para Metallica. Así nomás da vueltas la vida