Más De Lo Que Se Esperaba

El inicio de temporada para la hinchada de Nacional era poco alentador. Si bien renovaba mucho, lo hacía con nombres muy poco conocidos y se jugaba por completar la nómina con bisoños canteranos. Entre la crítica especializada y el aficionado lo colocaban al equipo como candidato al descenso, pero en el corte de medio año vemos a los puros criollos en el podio. Sorprendente, elogiable.

El año arrancaba con una prueba de fuego, recibiendo a Barcelona y en los papeles, sin ser favorito. Lo que se ratificaba cuando los amarillos se pusieron tempranamente en ventaja, pero Nacional lo dio vuelta, no solo con amor propio sino con buen juego, que se haría presente en la mayoría de partidos de la primera etapa.

Los rojos en sus primeros partidos poseyeron una defensa infranqueable con la destacada actuación del joven zaguero Luis Segovia, que en muchos juegos actuó como un veterano defensa de mil batallas. Su complemento ideal fue Franklin Guerra, quien pasó de la línea de volantes a la de defensores, aportando técnica y temperamento. Lastimosamente cuando no se alineó a los 2, Nacional tuvo problemas para defender, sobretodo, en los últimos partidos del semestre. Una buena tarea también de los marcapuntas Marco Montaño y Aníbal Chalá. Este último está cumpliendo una gran temporada. Ambos aportan tanto a defensa como ataque. No es brillante la temporada de Adrián Bone, pero es mejor que la del año pasado.

En el mediocampo la titánica tarea de Pedro Larrea, quien quizás aparecía como el único refuerzo de jerarquía y ha cumplido tanto o más de lo que se esperaba. Su baja en los últimos partidos, fruto de una hepatitis, fue severamente sentida. Su compañero en la primera línea de volantes ha sido Roberto Garcés, joven revelación que se ha sabido ganar un puesto. Cristian Cordero ha tenido una maravillosa labor tanto cortando juego rival como generando peligro en área rival. Polivalente, la carta comodín de Favaro.

Hablando de hombres de ataque, hay que hablar necesariamente de Cristian Lara, quien se ha tomado la “pócima de la eterna juventud”, su despliegue y vehemencia lo hacen lucir como un veinteañero. Buenas alternativas para el ataque han sido Adolfo Muñoz y Janner Corozo, futbolistas que normalmente entran al cambio y han sacado de apuros a los criollos cuando el partido no pintaba favorable. El lado elegante aunque no siempre con rendimiento de alto nivel (sobretodo en lo físico) lo han puesto Daniel Samaniego y Manuel Balda.

Nacional eso sí, ha adolecido de poco poder de definición. Marlon De Jesús había retornado a filas criollas para ser la carta de gol, sin embargo no tuvo un buen semestre y aún así se fue a Europa. Su hermano Bryan todavía luce inexperto y a Felipe Mejía se le ha dado pocas oportunidades. El goleador ha sido Michael Estrada, quien recuerda a los buenos tiempos de Evelio: capaz de los goles más espectaculares y de errar las opciones más increíbles.

El equipo de Eduardo Favaro ha tenido picos de rendimiento como los juegos con Católica y Emelec de local y visitante. Así como juegos olvidables como con Mushuc Runa de local, River y Delfín de visita. Se dice que si Nacional no perdía “infamemente” dichos puntos, hubiera estado disputando el primer lugar de la etapa con Barcelona en Guayaquil, pero no fue así. De todas formas, a los tiempos Nacional fue más alegrías que decepciones.

El juego de los criollos es vistoso por la gente de buen pie como Lara, Balda, los desbordes de Chalá, porque tiene un medio campo que lucha y toca, labores para las que están Larrea y Cordero. Porque tiene una zaga que marca y quita con elegancia más que con rudeza: Segovia y Guerra, porque Favaro siempre ha buscado el arco contrario aunque en algunos partidos finalmente su equipo fue superado.

Para el nacionalista queda el alivio que en este año no sufrirá por el peligro de descender. No hay que olvidar que el club todavía tiene varios apuros económicos, pero fue alentadora la noticia en la que conciliaron posiciones la actual directiva con la anterior. Si ambas pueden trabajar en conjunto con el conocimiento en fútbol de los unos y en negocios de los otros, se puede salir adelante. La hinchada, emocionada por este buen inicio aspiraría a que el rojo dispute un cupo a Libertadores, pero lastimosamente el plantel no es muy amplio y se vio que cuando tiene más de 2 bajas padece y cualquier club es proclive a encontrarse en esa situación en un torneo largo.

Siendo razonablemente optimistas, Nacional aspiraría a clasificar a Copa Sudamericana, con golpes de inspiración y gracia divina, podría llegar a primera fase de Libertadores, creer que pueda disputar el título es humo, pero en el mundo del fútbol cada tanto hay lugar para los milagros.

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