El Fenómeno de Súper Campeones

Dentro de la amplia oferta que la animación japonesa ha presentado a lo largo de su existencia, el Captain Tsubasa (Súper Campeones en Latinoamérica) debe ser el producto más popular y difundido de todos (y que los Dragon Ball liebers me lo rebatan con argumentos). Un fenómeno con la repercusión mundial que solo el fútbol pudo haberle dado y que tiene ya sus años entreteniendo a chicos y grandes futboleros del planeta.

La idea original data de 1981. Cuando el señor Yoichi Takahashi (Dios bendiga su mano), los creó y su historia fue incluida en la Weekly Shonen Jump, revista semanal que publica diversos Manga a modo de antología. Pasó a ser Anime (o sea, pasar del cómic de revista a serie animada para la pantalla, para quienes no estén familiarizados con estos términos) en 1983, y son estos, los dibujitos de nuestra infancia que tanto añoramos. Aunque la serie original fue transmitida en los años 80, al menos acá en Ecuador nos enteramos de ella en los años 90, siendo un indiscutido hito de la televisión en nuestro país. Si creciste en los 90 y no viste esto, más la novela “Carrusel”, los Simpson de más grandecito y el MTV gratis, viviste en una cueva.

“Súper Campeones”, como se conoció aquí, fue una serie muy bien lograda. Es difícil imaginar cómo sus creadores pudieron captar la pasión del fútbol, siendo ellos de una cultura en la que este deporte no es el predominante. Japón tiene como deporte favorito al béisbol y si bien, con la creación de la J – League en los 90, se pudo enganchar a los japoneses con nuestro amado deporte, es más increíble como esta maravillosa serie pudo ser concebida en los años 80, cuando Japón no pintaba nada en cuanto a fútbol. Se podría decir que es uno de los impulsadores del avance del deporte rey en dicho país.

Su influencia cultural es enorme. Grandes figuras del fútbol como Andrés Iniesta, Alesandro Del Piero, Hidetoshi Nakata o Alexis Sánchez han reconocido a esta serie animada como una de sus principales motivaciones para escoger la carrera del fútbol profesional. A nivel más “criollo”, muchos podremos confesar haber intentado el “huracán en el cielo” de los hermanos Korioto, impulsarse con el poste para volar para atajar y sobretodo, tratar de darle más y más duro al balón, con la fuerza del “tiro del tigre”. La mayoría de estas técnicas, al menos las piruetas, terminaban con lamentables consecuencias.

A nivel dramático la serie tiene demasiados elementos enganchadores. Está la pasión demente de Oliver Atom (Tsubasa Ozora), cuya única obsesión es el juego, al que lo perfecciona a diario: mientras va por la calle, en casa, en los lugares más inverosímiles, pero hay personajes extraordinarios además del “chullita”. Steve (Kojiro) Hyuga debe ser uno de los mejores: un chico huérfano que ayuda económicamente a su hogar, estudia y es el bravo capitán de uno de los equipos más importantes de Japón. Su temperamento siempre destaca y dado sus orígenes y vida dura desde pequeño, muchos futbolistas profesionales se deben sentir identificados.

La lista de personajes maravillosos continúa. Mi favorito siempre fue Andy Johnson (Jun Misugi), una especie de Fernando Redondo del Anime: elegante, cerebral, de incomparable técnica. Sin embargo, su problema cardiaco le impedía ser el mejor de Japón, pero bien que le hizo sufrir a Oliver. Destaca el portero Benji Price (Genzo Wakabayashi) arrogante, pero sobrio. De posición económica acomodada y con un don de liderazgo formidable, tanto que cuando juega a lado de Oliver, él es el Capitán. El trotamundos romántico del fútbol Tom (Taro) Misaki, fórmula ideal de Oliver, el acrobático Richard Tex Tex y bueno, la lista es bastante larga y si gustan, puedan comentar sobre sus favoritos que estoy omitiendo.

Volviendo a cómo se cuenta esta historia, sus recursos narrativos eran fenomenales. Obviamente, había mucho de fantasía, pues no dejaba de ser increíble que unos chicos de 12 años te corran una interminable cancha todo el partido, no menos increíble era que un juego colegial convoque a 50 mil personas, saltos kilométricos y fuerza descomunal para pegarle al balón. Sin estos recursos hiperbólicos, seguramente la serie hubiera perdido mucho de su atractivo. También estaba el manejo de los tiempos, los recuerdos, que se hacían en retrospectiva, hacían entender al espectador la motivación que tenían estos bravos futbolistas. Todo esto era muy útil y añadía mucha tensión a aquella media hora en la que probablemente, solo se cruzó la mitad de la cancha. Obviamente, el formato de teleserie con una historia que se va desarrollando con el transcurso de los capítulos, muy característico de las producciones japonesas, generaba mayor interés.

Además de la serie original, acá se pudo ver “Road To World Cup”, donde se enfoca algo más en la carrera de adultos de los personajes, aprovechando la coyuntura del mundial en el que Japón era el anfitrión y patrocinado por la empresa de ropa deportiva Adidas. Existen varias películas y solo es cuestión de explorar en YouTube para ver todo el amplio contenido que generó esta creación del señor Takahashi. En tiendas especializadas de Anime y Manga puedes encontrar algunas de los cómics (o sea, el “Manga”) si te es difícil viajar a Japón a adquirirlos (creo que a la mayoría). Captain Tsubasa o Súper Campeones, es la conexión entre la nostalgia, la fantasía, la pasión y todas esas emociones que nos desbordan a medida que nuestra generación veinte y treintañera va madurando o envejeciendo y recuerda como a las 5 de la tarde el mundo se paralizaba y todos los chicos se ponían frente al televisor.

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